MERCEDES BENZ E53 AMG 4Motion+ Cabrio. El AMG Apócrifo.
Dicen de este E53 Cabrio que no es un AMG de verdad. Dicen que su motor no está firmado por nadie. Dicen que es demasiado burgués para merecer la insignia […]
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Dicen de este E53 Cabrio que no es un AMG de verdad. Dicen que su motor no está firmado por nadie. Dicen que es demasiado burgués para merecer la insignia […]
Dicen de este E53 Cabrio que no es un AMG de verdad. Dicen que su motor no está firmado por nadie. Dicen que es demasiado burgués para merecer la insignia de Affalterbach. Dicen que el mejor descapotable no puede aspirar a ser más que un buen GT. Dicen tantas cosas…
Prueba y Fotos : Fernando González Ferreira @FUR_R
Piloto Dron: Manuel Roda (HelloDron)
Cuando estábamos programando los coches de prensa, me preguntaron qué Mercedes me interesaba probar. Tras haberlo pensado mucho (y haberlo decidido en más o menos dos segundos) lo tuve claro: – “El que ellos quieran, pero que sea coupé.”.
Porque cuando hablamos de coupés Mercedes, hablamos casi de un segmento aparte. Y da igual que hablemos de un C coupé, o un S coupé, incluso un AMG GT coupé, cuando un mercedes tiene dos puertas nada más, que tenga más o menos motor es, fíjate lo que voy a decir, secundario.
Y mira que podía haber pedido lo que habríais pedido cualquiera de vosotros, “El que quieran pero que sea AMG” (sabiendo además que el departamento de Comunicación de Mercedes siempre nos ha tratado mejor de lo que mereceríamos), pero no hizo falta.
Porque al final se alinearon los astros y no sólo tenemos a nuestra disposición un coupé, como queríamos, sino que además es un AMG, como vosotros queríais, y como guinda… descapotable!, como nadie esperaba.
Y así, mi idea de hablaros sobre cómo es un Mercedes Coupé comienza a tener muchas más variables en la ecuación, y eso todavía no sé si va a ser un problema u otra bendición.
Recordaré siempre con cariño a un profesor de arquitectura que venía a veces a montar el espectáculo como profesor invitado y que era conocido por sus brillantes críticas de proyectos.
Brillantes, divertidas y a veces un poco cabronas, todo hay que decirlo.
Como aquella vez que a un estudiante (o estudianta, no recuerdo bien), le dijo mientras examinaba la maqueta de una vivienda unifamiliar, que la disposición de la estructura le recordaba a la ligereza estructural de la Casa farnsworth de Mies Van der Rohe, que la relación entre llenos y vacíos era la misma que usaba Le Corbusier en su Villa Savoye, y que la geometría general recordaba a la casa Domínguez de Alejandro de la Sota… pero que, al final, cuando se veía todo en conjunto, como una unidad,…pues que, eso,… que para la mierda que era, no olía tan mal.
Esto mismo podría pasarle a este E53 AMG 4Motion+ Cabrio. Pero no. Porque su motor de 6 cilindros con turbo y compresor eléctrico de 435 cv. y su capota de lona perfecta tanto abierta como cerrada, o su tracción total son conceptos secundarios que giran alrededor de un concepto principal, que es un Coupe Mercedes de casi 5 metros de largo y eso es una muy buena base para cualquier proyecto.
De eso se trata. Porque hay coches para hacerte la vida más fácil y otros para alegrártela y la fórmulas no son ni tienen porqué ser las de un deportivo radical que te rompa tu cuello, ni tampoco el cuello de los demás a tu paso.
Coches como el Mazda MX-5, que es descapotable, atmosférico y con 160 cv no le hacen falta más para ser un generador de satisfacciones. O el Alfa Romeo 4C, que por no tener no tiene ni radio y ente el asfalto y tu culo hay poco menos que un trozo de plástico.
Incluso voy a recordar a aquel SLK 250 que a pesar de ser diésel, se mostraba como un coche con una dinámica más que suficiente para hacer de una tarde de sábado en la sierra todo un acontecimiento y poder volver a casa con una sonrisa, además de con medio depósito, suficiente para pasar el resto de la semana.
Todos ellos, en su hetereogeneidad, son coches que han sabido interpretar una idea central de lo que es un coche para disfrutar. Uno lo hace por calidad, otro por planteamiento y el último quizás por casualidad, pero en cualquier caso coches dignos de ser disfrutados.
Imagínate si el coche que os traigo hoy resulta que tiene muchos más de esos 160 cv., tiene algún que otro turbo, es de todo menos espartano y a pesar de todo es menos dañino para el medio ambiente que coches mucho menos prestacionales.
De hecho, en el caso de este E53, con una potencia y prestaciones muy superiores a coches mucho más exhuberantes, en el capítulo estético se presenta ente la cámara de fotos casi como un coche discreto.
Muchos AMG llevan colas de escape falsas, en este, … bueno, en este también son falsas, pero no lo dirías salvo que te metieses debajo del coche. El caso es que con colas de escape de verdad o de mentira, con el escape deportivo conmutable, con pulsar un botón,también pueden sonar de verdad, o de mentira (no tengo claro cual sería cual) pero yo he ido el 99% de la prueba con el que hacía más ruido.
Para elegir tu E53 AMG Cabrio puedes seguir dos líneas. La primera es configurar el conjunto en un color llamativo, con la capota en contraste y meterle todas las opciones interiores y exteriores AMG de fibra de carbono, y tener un coche de jugador de “fúrbol”.
La segunda es optar por una unidad como la nuestra, presentada en una carrocería azul oscuro con capota negra, que hace que el coche pase “casi” desapercibido. Bueno, digo “casi” porque no es lo mismo pasar desapercibido en el aparcamiento de un hotel de 5 estrellas en Mónaco o pasar desapercibido en una calle de Madrid, que es más bien de lo que hablo, pero basta con decir que no aparenta lo que mide, que es más ancho de lo que parece, y que lo he tenido 2 meses de confinamiento aparcado delante de casa y he dormido bastante tranquilo.
Así es como había titulado la prueba y este coche tiene tanto que contar que casi me pierdo. Resumamos:
El E53 AMG Cabrio tiene 435 cv. Seis cilindros con un turbocompresor , un compresor eléctrico y un apoyo de otro motor eléctrico que hace que sea capaz de mover sus 2 Tn. de peso de 0 a 100 en 4.5 segundos. Aun así, como no tiene la firma de un ingeniero visible al abrir el capó, pues para mucha gente no es un AMG pata negra.
Para alguna gente ávida de “marquitis” si un AMG no va firmado por un señor que no conoces en el plástico que cubre el motor, identifican como que la marca no lo reconoce, que es una suerte de evangelio apócrifo que no es considerado “de inspiración divina” por parte de la iglesia de los petrolhead. Lo mismo dijeron de aquel BMW 635 CSI. Que nunca tuvo el “carnet M” ni puñetera falta que le hizo para ser hoy una leyenda.
Quizás esos que menosprecian lo que puede hacer un E53 les preguntaría si están de acuerdo en que los “verdaderos AMG” vienen firmados, como venían aquel CLA 45 a pesar de ser un 2.0 de 4 cilindros o incluso de aquel C30 cdi diésel que también la lucía. Un AMG que, por cierto, con dos cilindros más y 26 cv. más que el SLK 250 cdi que os ocmentaba antes, no era capaz de mejorar su 0-100 km/h.
Por eso, que este AMG no tenga firma y que sea “anónimo” y no goce del pleno reconocimiento de sus padres y que sea “apócrifo”, no creo que afecte en absoluto a cómo va en curvas rápidas, que es tan bien como se espera, un reactor de propulsión a chorro con un empuje inacabable, capaz de velocidades de cárcel en muy pocos metros.
Vale, pero ese comportamiento es más de GT que de deportivo, diréis. Por eso os aseguro que en una carretera de montaña, su peso y su anchura se desvanecen, porque todo el par disponible lo está desde muy abajo, gracias a una batería de artillería que colabora con el 6 cilindros.
Es cierto que el BMW M4 Cabrio (lo más parecido que hemos podido llevar a este E53) con una potencia similar y un tamaño más contenido es más rabioso e intimidante, pero ni por asomo es más rápido, al menos no en un conductor normal o alguien al menos sin tendencias suicidas, porque donde el BMW te quiere arrancar la cabeza, el E53 cabrio te la mantiene a la temperatura perfecta gracias a su “airscarf” vayas o no descapotado, y sus asientos climatizados y con masaje hacen que, pasarle por fuera a un M4 sea no solo emocionante sino además muy cómodo.
Pero es curioso ver que cómo las diferencias entre el M4 y el E53 son enormes a pesar de compartir los 6 cilindros, 3 litros y doble sobrealimentación. Donde el M4 tiene dos turbos, el E53 tiene un turbo más un compresor eléctrico, un compresor que funciona permanentemente, rellenando los huecos que pudiera provocar el lag del turbocompresor pero además, gracias el sistema EQ Boost, tienes 25 cv. Y 250 Nm en momentos puntuales. Conclusión obvia: Corre, conclusión menos obvia: A pesar de eso puedes tener un consumo medio de unos 11 litros, pero con cuidado puedes bajarlo de 9 l/100 y hablo de un consumo real de un coche de más de 400 cv. y más de dos toneladas de peso.
Una vez la potencia sale del motor hay que pasarla por l caja de cambios, en este caso las transiciones entre machas de su cambio automático 9G-Tronic con función AMG SpeedShift TCT son muy rápidas en modo S+ y más parecidas a un cambio automático tradicional en modo Confort. En un principio tenía mis reservas en cuanto a una caja de 9 marchas (tenía aún fresco el Mustang GT y su necesidad de pulsar la leva izquierda hasta 4 veces antes de negociar una curva lenta) pero en este caso, con tanto par en un margen tan amplio de vueltas, puede hacer la misma curva a la misma velocidad en distintas marchas y casi no notarás diferencia a la salida de la misma.
Respecto a la dirección, puedes meter el morro por donde quieres meterlo, pero siempre que tengas claro cuál es ese punto exacto, porque si bien no es un coche especialmente reactivo, con una dirección que parece que tenga una especie de “lag” en los primeros centímetros del giro, una vez que has apuntado al vértice, traza majestuosamente a una velocidad de paso por curva que ya le gustaría a muchos “deportivos de los de verdad”.
Además de Coupe, AMG y descapotable, este E53 tiene también el apellido “4motion+”, y eso no lo tienes en la competencia. Con el sistema de tracción total, con 5 modos de conducción y suspensión neumática con control de balanceo electromecánico, que lo convierte en una lapa en curva lenta.
Es tan estable y gira tan plano que a veces parece demasiado estable. “Problema” que se puede solucionar poniendo el modo S+ , con una configuración más permisiva para deslizar y despendolar con una cadeneta de petardeos y rugidos de escape. Sonido que, curiosamente, se aleja del bronco rugido típico de los AMG para encajar más con un aullido que nos recuerda más a un L6 atmosférico cuando subes mucho de vueltas.
Al final, no es un 911, no es un Lotus, pero es que es más barato que ellos y ofrece un equipamiento al que estos no llegarán nunca.
Me ha costado ciertamente encontrar la expresión. Porque los coupés tradicionalmente son espartanos y efectivos, salvo alguna excepción el doble de cara que el E53, pero como decía antes, no los coupés mercedes.
Siendo este E53 un clase E, ya es un coche de representación, y tiene todo lo que necesita un coche de representación salvo las dos puertas de atrás. Desconozco todavía qué podría ofrecer el Mercedes Benz S Coupé más básico por los 70.000 euros que tiene de sobrecoste, porque a nivel de equipamiento sólo le falta la cámara de visión nocturna, o lo que es lo mismo, …no le falta de nada.
Porque en los 116.000 eurazos que piden por este 3 en 1, viene incluido un montón de tecnología como el AGM DCT Speedshift de 9 velocidades, El Car-to-X Comunication, para intercambiar comunicaciones con vías u otros coches que compartan el sistema, acceso Wlan/Wifi, conectividad total y Módulo de control por voz linguatronic, faros Multibeam led, Agility Chassis control, suspensión neumática AMG ride control por hablar de lo más pintoresco.
Una cantidad de dinero que puede verse rápidamente aumentada hasta los 130.000 euros que ronda nuestra unidad, si montas además, el asistente Pre-Safe Plus para maniobras evasivas, asientos multicontorno calefactados y refrigerados, sistema Energizing con 2 ambientadores integrados, deflectores de aire integrados y motorizados, o un equipo de sonido Burmester de 590 w. que, la verdad, debe sonar muy bien, pero no lo he usado.
Si quieres, puedes engrosar todavía más la factura con opciones de lo más espectaculares, como el paquete AMG driver de deslimitación de velocidad máxima gasta 270 km/h, elementos de adorno AMG en fibra de carbono interiores y exteriores, entre otros, estarías ya superando los 150.000 euros y acercándote al precio del S coupe básico.
Si me preguntas cual sería la combinación perfecta, pues sería muy parecida a la que ves en las fotos pero buscando un color que pusiese en valor el volumen y limpieza de líneas presentes y tan Mercedes que empezaron con el AMG GT y que también ofreciese un cierto contraste con los elementos negros como deflectores, tomas de aire y capota y que por otra parte, valore unas anchas caderas y morro nervado que casi camufla el azul marino de nuestra unidad, o sea, lo que viene siendo encargarlo en un gris metalizado de toda la vida.
Al final, este coupé de representación que sirve para conducir a cielo abierto y ciertamente para hacerlo a gran velocidad independientemente de las condiciones meteorológicas y restricciones medioambientales (que parece que sí, pero no lo es lo mismo), no está firmado por nadie y es tantas, tantas cosas a la vez que no consigue ser aceptado por los más puristas como un verdadero pata negra.
Siempre he alabado los coches “especialistas”, los que destacan en un único aspecto dejando como secundarios al resto, y esto se cumple para un Abarth 695 Biposto que desprecia a tu traumatólogo a cambio de un par de Kg. de peso, de la misma manera que para un SsangYong Rodius que haría que se arrancasen los ojos los 7 diseñadores de moda que caben dentro, pero eso sí, junto con todo su equipaje. Por eso es curioso que esta navaja suiza de todo lo que querríamos en un coche de ensueño no tenga el reconocimiento que debería, quizá porque no es el más rápido, ni el más lujoso, ni el más grande, pero no lo necesita, porque es un Coupé Mercedes, ese curioso segmento que al final se revela como el mejor en un campo concreto;
La especialidad de hacer feliz a su afortunado conductor independientemente de cómo éste sea.
Siempre ha habido un gran hueco entre un M4 cabrio y un M6 cabrio. Un hueco en tamaño, en precio, en representación. Ahora, con la ausencia del M6, el hueco es todavía más grande con el Serie 8. Ahí es donde vive el E53 ahí es donde se lleva al cliente que necesita un “algo más” que no da el M4 y entiende que no se necesita un Serie 8 para hacer lo mismo.