1006 km de Palanga. Carreras de otro siglo
Durante la tercera semana de Julio y aprovechando que yo andaba disfrutando de los últimos coletazos de mi Erasmus en Lituania, tuvimos la oportunidad de acreditarnos en una de las […]
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Durante la tercera semana de Julio y aprovechando que yo andaba disfrutando de los últimos coletazos de mi Erasmus en Lituania, tuvimos la oportunidad de acreditarnos en una de las […]
Durante la tercera semana de Julio y aprovechando que yo andaba disfrutando de los últimos coletazos de mi Erasmus en Lituania, tuvimos la oportunidad de acreditarnos en una de las carreras más especiales del año, con nombre oficial Aurum 1006 km powered by Hankook, pero popularmente conocido como los 1000 km de Palanga, fue la primera vez que un medio español se acreditó para el evento.
Por Diego Carabaña Menéndez.
La carrera disputó en 2019 su edición número 20, y surgió como idea de Darius Jonušis, queriendo crear un evento automovilístico de cierta importancia en Lituania. Darius corrió con fórmulas promocionales y llegó a competir en la Fórmula Renault Europea. Tuve la suerte de poder charlar con él durante unos 15 minutos y explicarme un poco el cómo y el porqué de esta peculiar carrera.
Empezamos poniendo un poco en situación acerca del momento y el lugar en el que se produce el evento, queremos recalcar el hecho de que somos el primer y único medio español hasta la fecha que se ha podido desplazar hasta Palanga para seguir la carrera, con el incentivo extra de haber podido vivir durante un año dentro de la cultura lituana y haber tratado de bucear dentro de su cultura del motorsport, por ello espero que disfrutes del cariño, la cercanía y la calma con la que se ha efectuado este análisis de esta carrera tan especial.
El Motorsport en Lituania
Hay que explicar que Lituania carece de trazados permanentes importantes, hay algún circuito pequeño como Nemuno Žiedas, cerca de Kaunas donde se disputan algunos eventos, ya sean de turismos, de drift o de aceleración, pero todo a una escala bastante reducida, aún así en Lituania gusta el Motorsport y tienen rallyes, invernales obviamente también. Pero en la cultura lituana el coche tiene un lugar importante, en general se le presta bastante atención, hay que destacar que allí los coches de carreras aún tienen matrícula, y no es raro ver los coches por la calle con barras, pegatinas y dorsales yendo o viniendo de algún evento. Por ejemplo, un día cualquiera, puedes acercarte a la plaza central de Kaunas y encontrarte un compatriota en forma de Cupra TCR con su decoración de DHL impecable y con sus matrículas en un evento de promoción de la federación lituana.
Pese a todo son grandes aficionados en las carreras y no es raro encontrar varios equipos lituanos en el Rally Dakar, Antanas Juknevičius es el más famoso de todos, este año recibió el título de Dakar Legend. Este mismo 2020, Vaidotas Žala consiguió la primera victoria de etapa en el Dakar para Lituania.
Conociendo un poco la situación, se entiende que Jonušis quisiera darle a su país la oportunidad de tener un evento relevante en el mundo de la competición, por eso buscó el enclave más pintoresco y deseado del verano lituano y… de una idea loca con 2681m creó un circuito y a ese circuito le dio una carrera.
Darius Jonušis hizo especial hincapié en haber conseguido llegar a las 20 ediciones de esta carrera y en la importancia que esta cierta antigüedad tiene para conseguir que la carrera siga saliendo adelante cada año, ya que consigue un apoyo total de todas las autoridades y de la población de Palanga. Él mismo reconoció que a día de hoy sería completamente imposible montar un evento así desde cero, nadie se pararía si quiera a escuchar semejante idea.
¿Qué es lo más famoso de la carrera de Palanga? El circuito, sin duda, porque pocos circuitos en el mundo nacen en el cruce de una autovía y una carretera. En el punto dónde la carretera A11 que une Palanga con Šiauliai (ciudad conocida por la Colina de las Cruces) se cruza con la autovía A13, que une Klaipėda con Palanga, aparece el trazado de Palanga.
El trazado tiene forma de 8 que cruza de un lado a otro de la autovía con una chicane, tiene dos chicanes de neumáticos para reducir la velocidad tras dos largas rectas, coge un desvío al revés para subir un puente que luego vuelves a bajar, cruzar de un lado a otro de la autovía en una improvisada horquilla… Un circuito que parece sacado de un artículo de carreras de los años 30 pero que por suerte existe en la actualidad, pero si ¡aún repostan durante la carrera en una gasolinera que se encuentra en la misma autovía del circuito!
Los boxes, improvisados por su puesto, se construyen con andamios en la misma recta de meta, son pequeños e incómodos, casi no entra el coche, pero es parte del encanto del evento, adaptarse y disfrutar de lo que hay. El paddock recuerda más a una asistencia de rally, con caravanas y carpas en un lugar amplio en lo que podría ser cualquier desvío de autovía en cualquier país del mundo, pero al que a la vez se desplazan personalidades y famosos de Lituania, andando por allí nos cruzamos Jonas Valančiunas, pivot de los Memphis Grizzlies de la NBA.
No es difícil despistarte andando alrededor del circuito y verte sólo, rodeado de campo y del sonido de los coches a unos pocos metros, una experiencia difícil de encontrar hoy en día en circuitos convencionales.
El mismo domingo después de la carrera, es posible circular por lo que el día anterior era un circuito de carreras, todo se recoge a contrarreloj asegurándose de que parezca que nada ha ocurrido en ese lugar, todo salvo las marcas de neumático en el asfalto que delatan el crimen.
Y como nota curiosa, el récord de vuelta del circuito lo tiene un equipo “español” ya que Speed Factory Racing con Costantin Calko y el Radical SR8 marcaron un tiempo de 1:07.046, aunque a decir verdad, el equipo es español, pero el dueño es el lituano Dalius Steponavičius, afincado en Valencia. Con el que ya nos hemos puesto en contacto y trataremos de tenerle en VRGT en el futuro.
El evento está pensado como una experiencia para el espectador, al final la idea no se diferencia mucho de lo que puedes encontrar en unas 24H de Le Mans, Nürburgring o cualquier otra de las grandes carreras de Resistencia.
Empieza el jueves con un desfile de coches y participantes, que van desde el circuito hasta la calle Vytautas, lugar donde se hace la apertura y presentación de la carrera. La carrera consta de 2 sesiones de entrenamientos el jueves, otra sesión de entrenamientos, el entrenamiento clasificatorio y la superpole el viernes y la carrera el sábado.
Aparte hay carreras de aceleración, slalom para amateurs, prueba de drifting, carrera femenina, carrera de mecánicos, conciertos y cine de verano para los que deciden acampar en el circuito.
La carrera inicialmente era a 1000 km y suele durar unas 9 horas, ha variado la distancia a 1003 o 1006 km durante su historia, siempre asociado al patrocinio televisivo según el canal que ha ido retransmitiendo el evento. Actualmente son 1006 km ya que el canal lituano TV6, perteneciente al también canal lituano TV3, tiene los derechos, lo que hace que la carrera sea a un total de 373 vueltas.
Este año Aurum entraba en el nombre oficial de la carrera, Aurum es una empresa de helados lituana, de los cuales siempre estábamos bien servidos en el Media Center. Además, Hankook completa el nombre, proveedor oficial de neumáticos de la carrera.
Pese a que la carrera no se encuentra dentro de ningún campeonato, el organizador mantiene una buena relación con otros organizadores de campeonatos, como Creventic, para acomodar la fecha en un fin de semana sin otros eventos que puedan mermar las inscripciones tanto de esta carrera como de otros campeonatos. Aparte del prestigio de ganar la carrera en sí, si nos vamos a la categoría TCR, una de las más pobladas en los últimos años, el ganador es coronado como campeón del TCR Baltic, y es reconocido por las TCR Series y su organización, WSR.
Además de los TCR en 2019 la carrera se repartió en las siguientes categorías D, GT Open, GT3/GT4, SP2, TC2 y TC3.
Palanga, como es tradición en algunas carreras o campeonatos, también tiene a su participante icónico, que no podía ser otro que un Lada, en este caso un Lada 2104, aunque propulsado por un motor de 3,7 L de cilindrada proveniente de un Ford Mustang. Este Lada del equipo Kauno ASK, viene a ser un poco el Marbella de Calcos Competición del Nacional de Asfalto o el famoso Manta con la cola de zorro de las 24H de Nürburgring.
El resto de la inscripción en 2019 fue variada y mezcla coches carreras-cliente con siluetas y otros coches directamente derivados de serie. Dentro de los carreras-cliente encontramos los Porsche 911 GT3 Cup en sus diferentes generaciones, también algún Cayman GT4, Lamborghini Huracán Super Trofeo y los TCR con representantes de Hyundai, Volkswagen o Cupra. Entre los coches derivados de calle se puede encontrar desde un Alfa Romeo 147 hasta un Chevrolet Corvette C6, pasando por muchos y diferentes modelos de Volkswagen y sobretodo BMW, las marca más popular con diferencia entre los lituanos.
Tradicionalmente el perfil de las máquinas participantes siempre ha sido similar, salvo algunos años en los que se permitió la presencia de algunas barquetas. Porsche es la marca que más victorias tiene en la carrera, con 12, pero entre los ganadores históricos podemos encontrar coches tan diversos como un Audi RS4 B5, un Spyker C8 GT2R, un F430 Challenge o un Honda Civic Type R.
Los equipos participantes son principalmente bálticos, pero este pasado año también nos encontramos equipos venidos de Bélgica, Países Bajos o Eslovakia. De hecho el equipo eslovaco, ARC Bratislava, conocido por haber participado en diversas ocasiones en las 24H de Le Mans, consiguió la pole con el Lamborghini Huracán Super Trofeo, a mandos Costantin Calko, si el dueño del récord de la pista antes comentado.
Dentro de los pilotos, nombres conocidos como Tom Coronel, Kevin Abbring o los Bleekemolen destacan en años anteriores, este año, por encima de todos me quedo con dos, Ralf Aaron y Rokas Baciuška, con los que pude hablar durante un buen rato. Aunque también encontramos a Deividas Jocius, injustamente discutido este inicio de año en el mundial de Rallyes con el cuarto Ford Fiesta de M-Sport.
Empiezo por Ralf Aaron, un piloto que necesita poca presentación, experimentado y con notables resultados en las categorías inferiores de monoplazas, pudimos compartir con él un rato de charla distendida. Ahora ya fuera de la más alta competición, centrado en sus estudios y en apoyar a su hermano Paul, dentro del Mercedes F1 Junior programme. El estonio corre en Palanga tras recibir una año más la invitación del equipo lituano Circle K milesPLUS Racing Team, y nos atiende durante uno de sus ratos libres durante la carrera, en la que luchan por la victoria con el Porsche 991 GT3 Cup.
A primera vista frio pero siempre correcto y educado, resulta un auténtico placer charlar con Ralf en cuanto percibe que vas un poco más allá de los monoplazas, la F1 y su escalera de llegada. Él ha corrido en circuitos tan peculiares como Macao, Pau o Norisring, por eso resulta interesante escuchar su opinión acerca de otro de esos trazados peculiares, como es el de Palanga y reconoce que le gusta el reto de correr en Palanga, que no tiene comparación con ninguno de los otro que hemos citado antes, pero coincide en que no es fácil buscar el límite, al igual que en los otros. Resulta también especial hablar con él en esos momento en los que Estonia está alcanzando sus mayores éxitos deportivos en las carreras, allá por el pasado mes de julio con Tänak luchando por el mundial de rallyes, hoy ya campeón, y con su hermano, como una gran esperanza dentro de los monoplazas. No es la primera vez que corre en Palanga y espera volver, al final el equipo Circle K milesPLUS Racing Team del que formaba parte Ralf ganó los 1006 km de 2019 junto a Julius Adomavičius y a los hermanos Jonas e Ignas Gelžinis.
El otro personaje que hemos destacado igual no es tan conocido, Rokas Baciuška, es ahora mismo la gran esperanza del motorsport lituano tras ganar en 2018 la categoría S1600 del Mundial de Rallycross y debutaba en los circuitos muy cerca de casa. El joven piloto de RallyCross nacido en 1999 en Tauragė, a unos 200 km de Palanga, llegaba tras un inicio de temporada duro en el mundial de RallyCross, ya que el sueño de competir a nivel mundial con un equipo lituano, se torció pronto y de mutuo acuerdo decidieron separar sus caminos. El equipo, ES Motorsport sentó a Kevin Abbring en el Škoda Fabia y Rokas encontró cobijo dentro de la estructura de Guerlain Chicherit con un Megane y por suerte los resultados mejoraron para ambas partes. Recientemente se ha anunciado que en 2020 Rokas continúa ligado a la estructura de Chicherit en el mundial de RallyCross. Volviendo a Palanga, Rokas tenía la oportunidad de estrenarse en los circuitos a manos de un Volkswagen Golf TCR del equipo Noker Racing Team, junto a Kęstutis Stasionis y Marius Skaboševičius, un coche, una disciplina y una mentalidad muy diferente de la que está acostumbrado en el Rallycross, pese a eso consiguió clasificar el coche en segunda posición de la categoría TCR y acabaron la carrera en cuarta posición general y como ganadores en TCR, pese al buen resultado, la mentalidad de Rokas era similar a la de Ralf, disfrutar de la oportunidad y del evento y tras explicar un poco la vida del piloto profesional en Lituania, los apoyos institucionales y federativos, descartó por el momento embarcarse en alguna otra especialidad del motorsport más allá del Rallycross o repetir en años venideros en Palanga.
Hablemos del sitio, Palanga es una pequeña ciudad costera de Lituania, bañada por el mar Báltico y que destaca por ser la principal atracción de turismo de sol y playa en Lituania, a unos 25 minutos de Klaipėda, la tercera ciudad más importante del país por detrás de Vilnius y Kaunas.
Para nuestra perspectiva española sería más bien un pueblo costero un poco grande, con bonitas casas de madera y que consiguió librarse de la aburrida y repetitiva arquitectura soviética, que si se puede encontrar en muchas otras ciudades de similar tamaño. Tiene parques con palacios, museos que visitar y una gran playa con origen en una zona de dunas, sí, dunas en Lituania, en Nida concretamente. No tiene un paseo marítimo al uso, pero si una calle principal totalmente turística llena de restaurantes, cafeterías, hoteles y bares, la calle se llama J. Basanavičiaus gatvė, que hace las veces de paseo marítimo. Desemboca en Palangos tiltas, traducido literalmente del lituano es “puente de Palanga”, un muelle de madera que se adentra en el mar Báltico. Desde luego que, para cualquiera que pueda llegar a desplazarse hasta allí a asistir al evento, tiene que ser una obligación reservar hueco para visitar la ciudad y sus encantos. Dado que la carrera se celebra el sábado, el domingo siempre se puede visitar la ciudad y relajarse un rato en la playa, aunque estoy seguro que durante los 3 días que dura el evento, se encuentran más huecos para ello.
El ambiente en la ciudad durante el fin de semana de carreras es especial, obviamente más gente de lo que es habitual ya de por si en fin de semana y en verano.
Desde el punto de vista del periodista el evento resulta bastante sencillo de seguir, pese a que el circuito está en las afueras de la ciudad, se recoge la acreditación en un polideportivo de Palanga y tienen servicio de microbuses lanzadera continuo, por lo que no es necesario planear cómo ir o volver del circuito. Esta opción también esta disponible dentro de alguna de las diferentes opciones VIP que hay a la hora de comprar la entrada. Aunque, dado que el circuito no es demasiado grande, no veo problema alguno en acercarse hasta la entrada en taxi y repetir el procedimiento para volver.
En cuanto al desplazamiento, viviendo en España probablemente lo más cómodo sea volar a Kaunas o Vilnius desde alguna de las ciudades españolas que tienen vuelos directos como Madrid, Barcelona, Gerona o Alicante y desde allí ir en Autobús a Klaipėda y luego a Palanga. Siendo la mejor opción, si se puede elegir, volar a Kaunas, ya que si vuelas a Vilnius lo normal es que el autobús hacia Klaipėda y/o Palanga pase luego por Kaunas.
El alojamiento en Palanga en las fechas veraniegas es realmente complicado, no hay una gran oferta, al no ser una ciudad grande, y siendo la ciudad resort por excelencia de Lituania, los precios son altos incluso reservando con meses de antelación, por ello salvo que encuentres alguna ganga o te decantes por la opción del camping, lo mejor es alquilar directamente un apartamento en Klaipėda, que está a unos 20-25 minutos. Es más barato y se puede elegir mejor a tu gusto, además la oferta de transporte para moverse entre ambas ciudades es buena, con autobuses con alta frecuencia de paso e incluso la opción de usar Citybee, la famosa aplicación de car sharing que ya he mencionado anteriormente en alguna prueba de coches, cómoda y muy rentable si se viaja 3 o más personas.
Cualquier duda acerca del viaje, alojamiento o del evento en general, no dudes en contactar con nosotros en nuestras redes sociales.
Una vez conocido el evento y todo el ambiente del los 1000 km de Palanga, la sensación es la de que hay que volver y seguir disfrutando de la locura que ideó Darius Jonušis y que él y su equipo sacan adelante cada año, seguir indagando dentro de lo que nos gusta, el mundo de la competición en una cultura tan diferente a la nuestra. En VRGT lo tenemos muy en mente, y aunque probablemente para la edición 2020 no sea posible repetir por las circunstancias actuales en las que nos encontramos, para años venideros prometemos trabajar incluso para desplazarnos hasta Palanga en coche desde España y contar la experiencia completa.
En lo referente a la edición de 2020, nos hemos puesto en contacto con la organización y a día de hoy esperan poder realizar el evento en las fechas originales, aunque no destacan verse obligados a cambiar la fecha debido al coronavirus.
Para más información visitar la página web oficial, su perfil en Facebook o no dudes en ponerte en contacto con nosotros en cualquiera de nuestros perfiles de twitter o instagram.
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Por si no era suficiente, dejamos una pequeña recopilación con vídeos de la organización y dos vídeos cortos de drifting y drag en Nemuno Žiedas.
Palanga 1000km 2011 Viper GTS onboard