Vuelta Rápida GT

¿Has visto ya la película?. Que ¿qué película?, sí, hombre esa en la que se muere el diésel y el asesino es una ministra. Pues te cuento, así que no sigas leyendo… ALERTA SPOILER!!!!.

prueba y Fotos : Fernando Gonzáelz Ferreira. @FUR_R

Planteamiento.

Como en las “buenas películas”, las de “no pensar”, las que nos gusta ver un domingo por la tarde, hay un bueno muy bueno y un malo malísimo.

En esta sencilla trama para todos los públicos, nos quieren convencer de que el bueno es el interesante, potente guapo y alto 2.0 TSI de 190 cv. que monta el nuevo Ateca FR en su configuración tope de gama. Este bueno buenísmo va acompañado por un equipo de secundarios de lujo, como son la tracción total 4Drive, el cambio automático DSG-7 y ese acabado deportivo que Seat llama FR y que queda fenomenal, ya sea con este motor propio de un GTI, como con un humilde 1.4 que tan pintonamente está también disponible en la gama FR.

A nuestra Ministra de Transición Ecológica, como a los niños de de 8 años, les gusta que en las películas el malo sea inequívocamente malo, por eso nos lo pintan como un malvado todocamino diésel de retorcidos bigotes, sombrero y capa negra, culpable de que el aire en las ciudades sea irrespirable, de que los padres aparquen encima de los bordillos, además de ser poco menos que la reencarnación del toro que mató a Manolete.

Este diésel maléfico ya pasó por nuestras manos en su versión de dos litros y 150 cv. y la verdad es que nos encantó. Será eso del lado oscuro de la fuerza y el imperio del mal que nos atrae tanto. Eso ya no importa, porque ese 2.0 TDI ya no está disponible en la gama del Ateca, ese motor murió en la primera parte de trilogía a manos de un tal WLTP por un tema de emisiones ilegales. Pero nos da un poco de pena.

Es lo que tienen los malvados con carisma, que tienen su propio club de fans. Efectivamente, el Ateca Diesel es buenísimo haciendo el mal, un gran coche. Malvado, pero a la vez una referencia en lo suyo. El Ateca diésel es un poco como Negan en the Walking Dead. ¿A quién no le cae bien Negan y a la vez le desea la peor de las muertes?

Pero volvamos a nuestro protagonista.

Nudo.

‘El Ateca FR-antástico’ es una trepidante aventura de un hombre que no existe, en un mundo lleno de peligros. Fichael Right (FR), un joven solitario embarcado en una cruzada para salvar la causa de las emisiones, los óxidos de nitrógeno, las zonas de estacionamiento regulado y de las APR, dentro de un mundo de criminales (criminales Diésel, naturalmente) que operan al margen de la ley (ambiental).

Pues ya tenemos el conflicto montado, pero resumiendo, la bella (o bello) client@ objetiv@ se debate entre la decisión de hacerle caso a la ministra, sabiendo que salvará el mundo a base de consumos 50% mayores, pero de limpia y cristalina gasolina, o por otro lado, comprarse el coche diésel que necesita, que con los 30.000 km. que hace por carretera al año y un sencillo 1.6 TDI nuevo se ahorraría más de 5.000 € su la compra y unos buenos cientos de euros al año en consumo.

Nuestr@ client@ objetiv@ incluso se plantea la posibilidad de comprar un 2.0 TDI FR KM.0 ahora que los concesionarios se lo están quitando de encima por dos duros por culpa de la Euro-6c y la WLTP. pero, ¡ay amigo!, a costa de envenenar el aire allá por donde fuere y con la espada de Damocles pendiendo sobre su cabeza cada vez que intentase entrar en una gran ciudad.

Difícil papeleta para nustr@ Client@ Objetiv@, porque como buena persona de a pie (pero que conduce un coche), le importa un carajo que ambas versiones , gasolina y diésel, dispongan del mismo distintivo medioambiental, en este caso una limpísima C verde. Esa persona (o persono) tiene miedo de lo que ha anunciado la ministra y no sabe realmente qué hacer.

Pero volvamos al nudo narrativo: Durante las sucesivas escenas de este trepidante Thriller, la protagonista va descubriendo los testimonios de otros personajes de la trama; que van provocando esos giros argumentales que tan de moda están en las pelis americanas.

Se encuentra con SEAT, madre del protagonista de gasolina, pero también del villano,, el gemelo diésel, al que claramente desahució en favor del primero, posiblemente de una manera muy dolorosa pero inevitable dada la presión de la sociedad.

Cuando nuestra Client@ Objetiv@ le pregunta por el desaparecido villano, Seat sale con evasivas, que sí, que le quería mucho, que era su hijo preferido, rápido, económico, frugal y muy bien puesto a punto, pero que se metió en líos de homologaciones y acabó echándolo de casa (de hecho sigue intentando que alguien se lleve de su antigua habitación las pocas cosas que todavía quedan en diésel de sus estanterías -léase stock-).

Sin embargo, y paralelamente, Seat no deja de alabar a su otro hijo, el héroe de la gasolina, el que está consiguiendo devolver el honor perdido a la familia.

Luego aparece un exlocutor de radio, de esos con voz sexy y varonil, que le habla de la vez que se encontró con el Ateca FR.

El locutor, pone voz de radio y le dice lo siguiente:

“El Seat Ateca FR, con su motor de 2 litros y 190 cv. y su cambio automático DSG de 7 marchas con caja desacoplable y 6 modos de conducción consigue darle al conductor lo que necesita en cada momento, con un modo ECO con el que puede arrojar consumos del orden de los 7 litros y con un consumo en el resto de los modos en los que no es difícil rondar los 8-9 sin mayor esfuerzo”.

No es que sea un protagonista que pueda llevar el peso de toda la acción, pero sí que es un personaje principal buen caracterizado sobre el que se pueden contar muchas historias secundarias dentro de la película.

Como todos los protagonistas, deben tener un lado oscuro que les haga accesibles y mortales, y en este caso el Ateca FR adolece de más ruido de rodadura del que esperas de un coche tan bien hecho como él, o un freno de estacionamiento muy intrusivo, aunque deconectable y alguna otro detalle menor, pero lo que sí le marca es su comportamiento como SUV.

El Ateca FR es un yonki de la electrónica. Ya que sin ella no sería más que un SUV urbano más, pero el caso es que durante toda la película que nos hemos montado la electrónica siempre está presente.

Cuando el Ateca circula por caminos de tierra da absolutamente igual ir en modo Sport que en modo Offroad. Salgo por el tarado más duro de los amortiguadores y unas sensaciones al volante ligeramente diferentes apenas se nota mejora alguna en cuanto a capacidad de tracción o de tacto de acelerador.

Puede que sí se noten esos modos de conducción, pero si el terreno se pone difícil pasarás o no pasarás independientemente que vayas en modo eco o Snow, ya que cuando la acción se pone peligrosa, el coche se reconfigura para retrasar la entrada del ESP si necesitas salir de un charco o buscará la aceleración máxima si quieres adelantar.

Al final, tanta personalización, tanto argumento, tanta comunicación con el “espectador/conductor” y el coche acaba haciendo las cosas bien, pero sin contar contigo, de hecho como mejor va es en modo Normal y el DSG en D, ya que a pesar de ser un TFSI, el modo S hace que se asfixie arriba en lugar de aprovechar los buenos medios que tiene.

Desenlace.

Si esto fuese Juego de Tronos, Seat habría muerto asesinada por un Dieselgate, El Ateca se habría suicidado porque quería ser un Audi y arrastraría consigo a todo el grupo VW y de paso a la poderosa familia de la alianza, a los sibilinos herederos de PSA y al resto de las grandes casas (de coches), mientras una horda de ecológicos tricilíndricos color pitufo arrasan las ciudades y las carreteras con su sonido de ciclomotor y de fondo, sobre caballos esqueléticos, los señores helados de motor eléctrico sonreirían mientras acaban con el mundo de la automoción tal y como lo conocemos.

Pero esto no es Juego de Tronos.

ALERTA SPOILER!. SI NO HAS VISTO LA PELI ES MEJOR QUE NO SIGAS LEYENDO.

Ah, ¿Que sigues? pues vale.

Tras un peligroso y arriesgado giro argumental, el director de la película decide que, al estilo de Infinity War, el bueno pierde y el mano gana, aunque sabiendo que habrá destruido el mundo que una vez adoró cruzar conduciendo.

Sí, señores, el poderoso Ateca FR de gasolina y 190 cv. pierde contra el TDI de 150. Porque sí debe ser, porque hay que ser muy inocente para pensar que todos son ventajas en la gasolina y que todo se arregla con meter 200 cv. en un SUV para hacerlo bueno.

Porque nuestro héroe corre, pero no se nota y ahorra en consumo, pero tampoco se nota. y su gemelo malvado (porque en esencia tiene todas las virtudes a nivel de chasis y tecnología que su hermano ), ese gemelo malvado que había nacido en la época oscura en la que todo valía, emite más NOx, pero consume muchísimo menos y hasta parece que corre más, y eso al final es lo que cuenta.

Por eso, al final en esta película el gasolina muere, y el diésel se queda con el cliente objetivo o clienta objetiva (que aquí no vamos a ser sexistas ni moralistas) y no contento con ello, se gira en la última secuencia de la película, y antes del fundido a negro estalla en una carcajada malvada mientras te deja hecho polvo en la butaca esperando que en la siguiente película el héroe de gasolina reviva y le derrote definitivamente.

Pero lo que quizás no sepas, querido espectador, es que en la siguiente secuela habrá un nuevo malvado, venido del futuro con el que ni el gasolina podrá sobrevivir, pero esa ya es otra película.

Cliente objetivo:

la mayoría de nosotros queremos hacer el bien, reducir nuestras emisiones y poner pegatinas verdes y azules en nuestros parabrisas. Pero cuando nos tocan el bolsillo no hay altruismo que valga y nos llevamos por delante bosques enteros si hace falta. El cliente objetivo del nuevo Ateca FR es un sufridor con conciencia, un espectador de peli de llorar, un tío que prefiere pagar por ver una peli que bajársela de un torrent. Un cliente que posiblemente este Ateca FR sea el último coche de gasolina que se compre, porque el siguiente será ya eléctrico o no será.

Si además de leernos quieres escucharnos, aquí te dejamos el link al programa de radio Vuelta Rápida GT en el que te contamos películas sobre SUVs. A partir del minuto 4.