PRUEBA: ABARTH 124 Spider. Papá Noel.
Hay coches diseñados para ser disfrutados desde fuera; Preciosas lineas y afilados volúmenes con un halo de coche inalcanzable que nos hacen soñar cuando nos cruzamos con alguno . Otros […]
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Hay coches diseñados para ser disfrutados desde fuera; Preciosas lineas y afilados volúmenes con un halo de coche inalcanzable que nos hacen soñar cuando nos cruzamos con alguno . Otros […]
Hay coches diseñados para ser disfrutados desde fuera; Preciosas lineas y afilados volúmenes con un halo de coche inalcanzable que nos hacen soñar cuando nos cruzamos con alguno . Otros coches están diseñados para disfrute exclusivo del conductor, rápidos deportivos basados en la eficacia, ruidosos y molestos para los demás pero sobre todo gratificantes para sus propietarios.
Prueba y Fotos: Fernando González Ferreira @FUR_R
Y de repente Abarth toma como base el perfectísimo Mazda MX-5 y lo convierte en esto: Un coche que es capaz de hacer sonreir a todos, al que va dentro y a los que lo ven pasar desde fuera. Es un auténtico generador de felicidad, es como Papá Noel.
A pesar de que Abarth es la marca más deportiva del grupo FCA, y FCA es medio italiano y medo americano y ha estado a punto recientemente de ser comprada por los chinos, el Abarth 124 es muy, pero que muy japonés.
El coche sale de la factoría de Hiroshima, del mismo sitio que sale el MX-5 y cruza el mundo para ser puesto a punto en Turín, donde pasa de ser uno de los mejores coches que he probado a nivel de sensaciones al volante, a ser uno de los mejores coches que he probado a nivel de sensaciones al volante, pero increíblemente más chulo.
Parece mentira, que el coche viaje tanto antes de la entrega en el destino. Vaya, como Papá Noel.
La unidad que nos prestó FCA es “la unidad”, la combinación perfecta, blanco en la carrocería negro en capot y maletero y detalles en rojo en los sitios adecuados. Es un coche atractivo, no cabe duda, pero si además equipa el escape “Récord Monza” de cuatro salidas, con el tono, timbre e intensidad típicos de la marca del escorpión, pues pasa de ser atractivo, a ser MUY llamativo.
No exagero si digo que durante las primeras 48h. que lo tuve, me sacaron fotos, me saludaron desde otros descapotables, un motorista que se paró en un camino que veis en las fotos me contó que tiene uno del 74 y hasta un hombre en un Focus me ofrecía cambiármelo con sus niños incluidos. No hay duda, a diferencia de otros coches llamativos, como un 911 o un AMG, al 124 Spider todo el mundo le quiere. Igualito, igualito que Papá Noel y hasta viste los mismos colores que el gordo de barbas.
Si quieres un descapotable ligero, divertido y razonable, tu coche es el Mazda MX-5. Con su motor atmosférico de 2 litros de cilindrada y su tonelada de peso no vas a encontrar nada en el mercado como él.
– Ya, pero acabas de decir que el 124 es “más que perfecto”-
– Ya, pero eso no quita que el MX5 sea perfecto-
Porque en el 124 encuentras más cosas que las que no puedes encontrar en su gemelo japonés. En primer lugar el turbo. Vale que la linealidad del motor de mazda es gloriosa y no echa de menos el turbo, pero ¿Qué pasa si cambiamos ese motor perfecto y le pornemos un 1.4 turboalimentado con “carácter italiano”? Pues que el resultado ofrece 10 cv. más de potencia, para colocarse en 170 cv., medio segundo más de aceleración en el 0-100, quedándose en solo 6.8 , mucho más par, 250 Nm. y por lo tanto menos consumo. nunca el carácter italiano ha sido tan razonable como en el 124 spider.
Ese motor “Turbo benzina” ya empieza a recuperar desde 1.500 rpm. A partir de 2.000 ya se le nota bastante fuerza y pasadas las 5.000 ya no compensa seguir estirando, ni por prestaciones ni por sonido, ya que ese escape maravilloso se afina especialmente con los tonos medios del motor. Todo este alarde salido de un pequeño motor 1.4 en un descapotable de propulsión te hará pensar en que sea un motor demasiado apretado y que penalizará en consumos, pero no. En función del ritmo que lleves puedes estar entre los 5 litros a ritmos legales y conducción eco, hasta los 12 litros a los 100 que consumirá en conducción deportiva, pero puedes decir a tus amigos que en una salida “normal” al campo puedes estar entre los 7 y los 8 litros y eso es menos de lo que consumen muchos todocaminos diésel.
Es bonito, suena fenomenal, tiene un buen motor y encima, es descapotable, como Papa Noel. bueno, no sé lo que tarda papa noel en quitarse el gorro ese que lleva, pero con algo de agilidad puedes abrir la capota del 124 en menos de 5 segundos sin levantarte del asiento. Si le pongo una pega es que no se puede usar el espacio reservado para su plegado cuando vas cerrado, ya que se aloja fuera del maletero. Una pena, porque esos litros de más harían que su maletero dejase de ser de emergencia y te cupiese más que una bolsa de viaje.
Tampoco hay que dislocarse el hombro, lo puedes hacer antes de sentarte en el coche y verás que, como la del MX-5 la capota del 124 tiene una excelente factura y ajustes, produce poco ruido aerodinámico cuando está cerrada y gracias al deflector plástico tras los asientos, el confort es más que aceptable a cielo abierto.
Hay gente que dice que los descapotables son para el verano, pero es casi al contrario. En primavera y otoño le sacarás más partido, y en invierno, pues también, porque la climatización es muy potente y no pasarás frío a poco que te pongas un gorro – si empiezas a ser “descapotable” como yo y si no, pues ya sabes, a lucir pelazo. la guinda la ponen los asientos calefactados que te harán sentir como en casa. En cualquier caso, durante la semana de pruebe el tiempo estuvo bastante revuelto; mucha lluvia, mucho viento y hasta una gran nevada y en ningún momento lamenté que la capota fuese de lona en lugar de la versión GT de techo duro.
Al volante el 124 sí presenta sutiles diferencias frente al MX5. Dado el aumento de par la trasera es más sensible que la del japonés pero controlable gracias sobre todo al diferencial trasero que equipa. El tacto de la palanca de cambios es igual de perfecta pero no sus relaciones, que son un poco más cerradas.
Los asientos y la postura de conducción es mucho mejor que en otros modelos de la marca, teniendo todos los mandos muy a mano. Paralelamente, el ir sentado tan abajo y al tener un morro tan largo te tendrás a acostumbrar a que siempre queda mucha más distancia delante al aparcar de la que piensas. Algo parecido pasa en la trasera, que con la capota puesta resta visibilidad y no localizas referencias visibles de la carrocería para ajustar el aparcamiento al centímetro.
Llama la atención un salpicadero con una información que es la justa y necesaria pero con un termómetro de aceite que empieza en 100 ºC, una declaración de intenciones de que el Abarh quiere guerra. Por su parte la consola central está presidida por una pantalla táctil con toda la información que necesitas, ahora bien, no dejes que se te enfríen los dedos porque en ese momento se hace menos sensible a las pulsaciones.
Al parecer tienes disponible un sistema de sonido Bose que debe ser una maravilla, con altavoces en los reposacabezas incluidos, pero personalmente ni lo he encendido para que fuese el sonido del escape el que amenizase mis escapadas.
Como decía al principio, el Mazda MX-5 es el coche perfecto, el coche que siempre querrás conducir, pero si dispones de los casi 10.000 € de diferencia – el 124 spider cuesta 38.000 €- tendrás un coche que los que te rodean querrán que conduzcas, porque es como Papá Noel, da igual los paquetes que traiga, porque la mera expectativa de su llegada es ya todo un regalo.
Cuando nos hacemos mayores perdemos un poco la ilusión por según que cosas, los sabores dulces, los colores brillantes, los regalos en grandes cajas. Si estás en ese momento, tienes ahí el Mazda MX5, un coche perfecto pero en un envoltorio discreto, ligero y efectivo. Pero si sigue habiendo un niño en tu interior, el Abarth 124 Spider es el coche en el que te gustaría que te viniesen a buscar al colegio, el que pondrías en las tapas de tu carpeta. De hecho si Papa Noel tuviese que cambiar de trineo, no se me ocurriría un coche mejor para que además de que mantener en vela a los chavales, hacer que algún padre que otro se quedase en vela esperando la llegada de algo blanco, negro y rojo que suena de lo más gordo.
Si además de leernos quieres escucharnos, aquí te dejamos el link al programa de radio Vuelta Rápida GT en el que hablamos de cómo hacer felices a los demás con un juguete con el que sólo juegas tú. A partir del minuto 6.