PRUEBA: NISSAN Qashqai 1.2 X-tronic. La máquina de romper esquemas.
Este restyling de la segunda generación del Qashqai proviene de una joven familia con más de 10 años de experiencia en reventar esquemas. Si su padre consiguió en el 2007 […]
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Este restyling de la segunda generación del Qashqai proviene de una joven familia con más de 10 años de experiencia en reventar esquemas. Si su padre consiguió en el 2007 […]
Este restyling de la segunda generación del Qashqai proviene de una joven familia con más de 10 años de experiencia en reventar esquemas. Si su padre consiguió en el 2007 crear un nuevo segmento que reordenó todo el mercado, este “enfant terrible”, fiel a la tradición, se ha propuesto volver a ponerlo patas arriba.
Prueba y fotos: Fernando González ferreira @FUR_R
El primer Qashqai partió el mercado en dos, obligando a cualquier potencial comprador a valorar si lo que quería era un SUV o un “coche tradicional”. Sería el primero de muchos, bueno, quizás no el primero (se dice, se comenta, que un Renault 4 o un Citroën 2cv ya eran SUVs hace 40 años) pero sí el que más afectó al mercado, obligando no sólo al cliente, sino a la competencia, a posicionarse en el segmento para no perderse su trozo del pastel.
Hace 4 años (cómo pasa el tiempo) asistíamos a la llegada de la segunda generación del Qashqai. Con un mercado mucho más maduro y un cliente ya acostumbrado a que el SUV fuese una alternativa válida a cualquier otro segmento, ya fuese un utilitario para la ciudad o una gran berlina, todos tenían su equivalente SUV. En aquel momento no era posible volver a romper el mercado, así que el aprendiz encontró otra manera de superar al maestro, y lo hizo a trav´çes de la tecnología, por ello incluyó el Nissan Safety Shield en un SUV generalista a un precio de derribo. Con 4 cámaras, visión perimetral, y una dotación de seguridad preventiva de primer orden volvió a revolucionar el segmento SUV.
Lo curioso es que al probar este nuevo modelo con motor 1.2 de tracción delantera me he vuelto a dar cuenta que el Qashqai, sigue intentando romper mercados, teorías y esquemas varios; a saber:
La verdad es que el concepto SUV para la ciudad es un contrasentido; Hoy en día un Qashqai con tracción delantera y llantas de 19 pulgadas no tiene intención alguna de salir al campo. “Pues vaya novedad”, dirás, si piensas ( como yo) , que el concepto SUV Urbano es tan ridículo como comercialmente efectivo.
El nudo gordiano estriba en que ningún SUV Urbano funciona bien como SUV, ni como urbano. Ya que con esos motores diésel que, si bien contienen ligeramente el consumo, no son los más refinados en ciudad y con esas plataformas más pesadas y complejas, vale que te dejan ver por encima de los demás coches (que no sean SUVs) pero no te permite volar sobre ellos, por lo que ágiles, ágiles tampoco son.
Entonces llega esta configuración de Qashqai con un motor de gasolina 1.2 de 115 cv. y una tracción delantera de la que piensas lo que siempre has pensado de los SUV “inframotoizados”: Que no va a mover el coche y que si lo hace, va a ser a costa de consumir lo que no está escrito.
Pues primera idea preconcebida a tomar por saco, porque resulta que el 1.2 es suficiente para mover el Qashqai en ciudad y encima lo hace con una suavidad y un silencio que ya querrían las berlinas diésel. Respecto al consumo también rompe esquemas, porque los míos han estado entre los 4.2 y los 6.8 litros / 100 y eso es una buena noticia.
Y si van bien (que unos poquísimos elegidos van bien) lo hacen peor que sus homólogos compactos. Pero con un problema endémico, mayor consumo y menor tacto y prestaciones.
Entonces os preguntaréis cómo va a encajar este golpe un SUV con un motor tan pequeño. Pues de dos maneras, la primera es admitir que está orientado a un cliente tranquilo que no va a obtener grandes aceleraciones y recuperaciones, pero que sí va a tener un paso por curva espectacular gracias al “chasis inteligente” que monta este Qashqai. De esta manera, lo que perdemos en las rectas, lo recuperamos en las curvas.
Se basa en tres tecnologías que tendrás disponible desde el acabado Accenta (que es el segundo más básico y cuesta solo 1.500 € más) y son el Control Inteligente de la trazada, el control inteligente de la calzada, y si equipas el cambio de variador continuo X-Tronic, tambiel el sistema de freno motor activo.
Al final son sistemas de gestión electrónica basados en el control de estabilidad, pero que aplicados a condiciones de conducción en las que todavía no ha aparecdo deslizamiento de ninguna de las ruedas. El resultado, un comportamiento en curva realmente bueno para un turismo y espectacular para un SUV. Quizás hay algo de la tecnología de control vectorial que Nissan aplica al GT-R, quiz´s me acabo de pasar y más que tecnología es filosofía, pero el caso es que este Qashqai de tracción trasera y motor downsized es muy bueno en carreteras de montaña (sobre todo bajando, que subiendo le pesa más el culo).
Tercer esquema a la basura: Nissan hace coches sin carácter.
Desde la época dorada de los 90 en los que hablar de deportivos era hablar de coches japoneses, hemos vivido un periodo oscuro y triste, en el que los japoneses se han centrado en la calidad y de olvidaron de las sensaciones. Han pasado casi 30 años desde entonces y las sensaciones que lo políticamente correcto nos permite en carreteras abiertas ya no pueden ser las mismas. Pero si Nissan sigue enfocada en la calidad, nos ofrece mucha tecnología a bajo precio, hace coches bonitos al gusto del mercado y además nos regala un comportamiento como el de este Qashqai, sin duda deberíamos abandonar esa idea de sobriedad japonesa y dar una oportunidad al coche japones, a las mecánicas discretas pero solventes y a las cajas de cambio exóticas.