PRUEBA: Opel Insignia Sports Tourer Excellence 2.0 CDTi AT8. De tiros largos.
Acaba de salir al mercado y ya se ha posicionado como una de las berlinas familiares más bonitas del segmento D. Si a esto le añadimos que el coche va […]
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Acaba de salir al mercado y ya se ha posicionado como una de las berlinas familiares más bonitas del segmento D. Si a esto le añadimos que el coche va […]
Acaba de salir al mercado y ya se ha posicionado como una de las berlinas familiares más bonitas del segmento D. Si a esto le añadimos que el coche va realmente bien y su precio es ajustado, pues igual hasta te acabas comprando todo un coche de lujo alemán y tú sin saberlo.
Prueba y Fotos: Fernando González Ferreira. @FUR_R.
Más o menos lo que cuesta un Mondeo Sportbreak o un Passat Variant pero el insignia con 4.99 m es 20 cm más largo. También 7.000 € menos que un Clase C Estate de Mercedes, a pesar de ser mucho más grande. Pero si hablamos de tamaños similares, aparecen los 14.000 € menos de lo que te piden por un Volvo V90, una berlina familiar que sí que es tan larga como el Insignia y que además, si les pones uno al lado del otro, hasta se dan un aire. Es que si el insignia Sports Tourer es un coche tan elegante es porque es muy largo, y eso parece que todas las marcas lo cobran a precio de oro, menos Opel.
¿Y qué obtienes por ese dinero? Pues un verdadero “familiar total” con un motor diésel de 170 cv , una caja de cambios automática de 8 velocidades, un maletero como un almacén del puerto y toda la tecnología que Opel ha desarrollado para sus equipamientos más avanzados, los cuales no podían faltar en una berlina familiar del segmento E como este insignia Sports Tourer.
A diferencia del diésel biturbo que equipa el Astra Sports Tourer que probamos hace unas semanas, el 2.0 del insignia no goza de doble sobrealimentación ya que le basta un solo turbo y un motor de dos litros de cilindrada para poner sobre la palestra 10 cv. Más que aquel. Al final ya nos estamos acostumbrando a verificar modelo tras modelo que los datos de potencia máxima de un coche no son tan representativos como antaño sobre su comportamiento. Si el 1.6 biturbo era un tanto exótico en su comportamiento, el 2.0 es más tradicional, mostrando un poco más de patada en medios y una sonoridad un poco más alta pero con un sonido más ronco y ciertamente agradable para ser un diésel. Su entrega de potencia es algo más inmediata pero capaz de generar una buena sensación de solvencia moviendo este familiar de 5 metros de largo. Su consumo final acumulado durante los más de 500 km. De prueba se ha quedado en unos meros 7 litros a los 100 km. Cifra muy respetable para un modelo de estas dimensiones y prestaciones.
Respecto a la caja de cambios, Opel no recurre al doble embrague y toma la misma dirección de BMW con sus cajas de cambio de convertidor de par y 8 marchas pero con un excelente tacto y acierto en sus leyes de cambio.
Es curioso el hecho de que el Kickdown que se produce bajando marchas al hundir el ir en el acelerador tiene un tacto muy duro, obligando a imprimir un poco más de fuerza en el pedal para que salte. Una vez superada esa resistencia final del acelerador las reducciones son muy rápidas y siempre encuentra el desarrollo adecuado para cualquier incorporación o adelantamiento.
Si quieres hilar un poco más fino puedes acceder a sus modos de conducción o como le llama Opel, el sistema “Flex ride”. Tienes un modo normal y un modo Sport, pero no busques un modo ECO porque no lo encontrarás, al menos con ese nombre, ya que Opel lo denomina modo Tourer, con todos ellos el Insignia optimiza la gestión de motor, comportamiento del chasis e incluso la velocidad de respuesta del control de crucero para que el viaje que afrontes sea deportivo, confortable o lo más frugal en consumo posible. Todo ello con la tranquilidad de que el sistema puede cambiar de uno a otro modo en función del tipo de conducción que estés practicando sin intervención alguna por tu parte.
En cualquier caso y en cualquier modo de conducción sorprende favorablemente la capacidad que tiene este yate para realizar cambios de apoyo en carreteras de curvas a pesar de su descomunal batalla.
Al final es lo que quiere el cliente de un familiar de representación , que es confort y sofisticación, pero si además te regala un comportamiento ágil como este, él Insignia Sports Tourer se presenta como un coche realmente redondo.
Opel se ha especializado en unos segmentos concretos de equipamiento que, sin descuidar todos los elementos de seguridad preventiva como alertas de colisión, control de velocidad dinámico, mantenimiento en el carril, tráfico cruzado y detección de peatones.
Estos sistemas “marca de la casa” hacen que se configuren como verdaderos argumentos de compra que pueden hacer que te decantes por OPEL frente a otras marcas denominadas premium. Estoy hablando sobre todo del sistema de iluminación matrícula intellilight, los excelente asientos multicontorno firmados por AGR y el sistema OnStar que convierten a los coches en los que lo equipan en oficinas rodantes.
Por su parte, el Head Up Display es quizás el que más información puede mostrar no sólo en cantidad sino que también en simultaneidad. En él hay tanta información como en el display del cuadro de mandos de cualquier otro coche.
Otra agradable sorpresa es el nivel de prestaciones que ofrece el sistema multimedia Navi 900, que a diferencia de otras versiones ma´s sencillas presentes en segmentos inferiores ya es compatible con Smartphones de una manera muy intuitiva y que además permite utilizar la mayor parte de las funciones alternando entre las propias del teléfono y las del propio coche de una manera muy sencilla.
Opel Tiene la mala suerte de que el resto de las marcas alemanas que tienen cierta presencia en nuestro mercado se han colgado en mayor o menor medida la etiqueta de “premium”, así que OPEL ha visto su nicho de mercado en dar la mayor calidad posible pero sin quitarse el cartel de “generalista”.
El cliente objetivo de este insignia es consciente de ello y sabe que se lleva un auténtico familiar de representación en talla XXL, pero a un precio más que competitivo.