Ford S-MAX Titanium 2.0 TDCi 180 CV PowerShift 7 plazas. Un mundo.
Las cosas no son grandes ni pequeñas. Las cosas son lo que son por oposición a lo que no son. Decir que en el Ford S-Max cabe “un mundo” no […]
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Las cosas no son grandes ni pequeñas. Las cosas son lo que son por oposición a lo que no son. Decir que en el Ford S-Max cabe “un mundo” no […]
Las cosas no son grandes ni pequeñas. Las cosas son lo que son por oposición a lo que no son. Decir que en el Ford S-Max cabe “un mundo” no sería faltar a la verdad. Decir que es grande “como un mundo” tampoco. El problema es que, para mover un planeta entero no siempre son suficientes 180 cv.
Texto y Fotos Fernando González Ferreira. @FUR_R.
El Ford S-Max siempre me había parecido el monovolumen del mercado con más toque “deportivo”, lo que en un principio parecía ser una buena idea. Al fin y al cabo uno de los problemas de los monovolúmenes siempre ha sido el comportamiento en curva; cabeceos trayectorias imprecisas, inercias notables, más o menos como la órbita de un planeta.
Con 180 cv. el S-Max se puede decir que es un coche potente. Con su 9.5 seg. en el 0-100 hasta se le puede llamar rápido. EN cualquier caso, un monovolumen para ser considerado deportivo, debería sobrepasar bastante esa cifra que en una berlina o en un compacto rendiría mucho más.
A pesar de las cifras y el esfuerzo de márqueting de Ford, te recomiendo que bajes tus expectativas cuando compras un monovolumen. Incluso en las versiones más prestacionales del S-Max, con un biturbo diesel de 210 cv. o un gasolina de 240 cv. si buscas emociones lo haces en el lugar equivocado, por mucho que cuente con un cambio PowerShift de doble embrague, modos de conducción y una suspensión pilotada en opción.
La verdad es que un monovolumen no tiene que ser rápido, lo que tiene que ser es amplio y cómodo sin menoscabar en exceso la maniobrabilidad. En estos aspectos el S-Max, aun siendo de lo mejor de la categoría, se esfuerza pero no lo consigue. Quizás si miramos hacia el Renault Espace, con su biturbo de 160 cv. no es tan rápido pero sí mucho más cómodo y manejable gracias a su sistema 4Control de 4 ruedas directrices y encima es más barato.
Si es de 5 plazas, lo suficiente para meter 5 maletas, como el SsangYong XLV. Si es de 7 plazas nunca será lo suficientemente grande. Sólo una VW Transporter o una MB Clase V pueden ofrecer un maletero acorde. Con palmo y medio de profundidad de maletero, el S-Max se queda pequeño por dentro y grande por fuera. Vale que tiene un punto más deportivo que aquellos, pero una deportividad que no se valora en este segmento.
A ver, motor biturbo, cambio de doble embrague, suspensión pilotada, y posibilidad de tracción total: Imprescindibles.
Asistencia de velocidad de crucero, sistema de frenado de emergencia, mantenimiento en el carril, cámara trasera: Muy recomendables.
Asientos de cuero, segunda y tercera fila retirables, navegador, sistema infotaintment, Iluminación activa, masaje en los asientos, Paquetes deportivos: Para nota.
Todo esto lo tiene el S-Max, y algunas cosas más, Quizás nuestra versión con el acabado Titanium ya está por encima de lo necesario, pero ese equipamiento añade precio y peso, pero que no le hacen mejor coche, ni más cómodo, ni más amplio sino que lo hacen simplemente más caro.
Para terminar, nunca diría que el S-Max es un mal coche, de hecho es un claro ejemplo de cuando le pides peras al olmo, y va el olmo y te da media docena. Eso puede que te alegre el día, pero si quieres peras, planta un peral.