Vuelta Rápida GT

Dicen que cada cual ha de pagar las consecuencias de sus actos, y tras pecar, sólo un ejercicio de dolor y arrepentimiento tras esa mala acción podrá redimirnos. Con el Alfa Romeo 4C Spider el pecado y la penitencia vienen juntos. El tema es si al dolor de haber pecado le sigue el propósito de no pecar más (que en este caso va a ser que no).

Texto y fotos Fernando González Ferreira . @FUR_R

Pecando que es gerundio.

-¿Qué intenciones tienes para con mi hija?- Le preguntaba un padre al joven que no tenía intención alguna de contestar a esa pregunta… Algo parecido nos pasó cuando sacamos este 4C Spider de las instalaciones de Alfa Romeo y se nos despide con un -Disfrutadlo, chicos- Al que nosotros tampoco respondimos más que con una discreta sonrisa.

La Avaricia.

Sabes que si tienes en mente comprar cualquier cabrio vas a tener que desembolsar un dinero extra. Si además lo que quieres es un cabrio deportivo todavía más. Pero si estás pensando en un 4C Spider, el incremento sobre el 4C coupé ronda los 13.000 €, eso es mucho dinero sobre una factura ya de por sí disuasoria para muchos bolsillos.

El ejercicio de conducir un Alfa 4C ya es un pecado en sí mismo, no sé si mortal, pero cuando te acabas de gastar 85.435 € que costaba nuestra unidad habrás renunciado a un Porsche 718 Boxter S PDK y tras esa decisión no sé si San Pedro te admitiría en el cielo.

La Gula

Este pecado es el más habitual en todos los deportivos actuales. Tanto diferencial, tanto refuerzo estructural, tanto aislamiento, tanto de todo mata el espíritu de muchos deportivos, y si son cabrio todavía más.

En el caso del 4C, con una estructura mixta de aluminio y fibra de carbono y una carrocería con paneles de material plástico hace que el peso se quede en 1040 kg. , sólo 45 kg más que en la versión coupé.

Aun así hay dos cosas que todavía debes que eliminar de este coche antes de subirte a él. La primera es la capota, no son más que dos largueros de medio metro y un poco de lona, pero ocupará la mitad de los 110 l que tiene de maletero. La segunda son las alfombrillas. Me encanta el tacto de la fibra de carbono bajo mis pies.

La pereza

Pequeño, incómodo y nada práctico. ¿Qué tendrá este 4C Spider para hacerte olvidar lo que significa el confort a bordo? Pues de momento te digo lo que no tiene: no tiene dirección asistida, no tiene guantera, ni airbags laterales, ni faros antiniebla, ni ordenador de viaje, ni volante con ajuste de profundidad, ni navegador, ni climatizador… por no tener no tiene ni capot. Si San Francisco de Asís tuviese pasta, sería su coche ideal.

¿Qué sí tiene? Una suspensión delantera de paralelogramo deformable delante, un motor 1.7 de 4 cilindros colocado detrás, y a ti culo sentado en el suelo, entre ambos en un asiento de competición casi sin reglajes. ¿Y encima de tu cabeza? Nada.

Nada porque la capota es engorrosa de poner y quitar y no podrás hacerlo más que en tu garaje y precisamente es ahí donde deberías guardarla cuando no esperes lluvia. Al fin y al cabo un cabrio es para llevar descapotado y en caso del 4C es imprescindible para disfrutarlo.

La ira

Hay dos tipos de motores que encajan en la filosofía cabrio. El primero de ellos podría ser un rabioso 6 cilindros biturbo como el del M4 cabrio que inunde con su melodía todo el aire que nos rodea, o yéndonos al otro lado del espectro, un diésel con carácter como el de un SLK 250 cdi, que circulando descapotados no vamos a oír.

¿En qué punto se encuentra el 1.7 Turbo Benzina del 4C? pues exactamente muy lejos de los dos. Porque el pequeño 4 cilindros no suena especialmente bien, así que el camino que ha buscado Alfa Romeo ha sido hacer que suene mucho, y menos mal que nuestra unidad no llevaba el escape deportivo central Akrapovic que suena todavía más, porque si con el de serie puedes despertar a medio edificio con este último estoy seguro conseguirás enfadarles hasta media mañana.

La soberbia.

A su versión coupé la llamamos en su día el “Mini Ferrari”, ciertamente desde atrás tiene cierto aire, pero si hablamos de exclusividad, vas a ver por la calle más Ferraris California que Alfa Romeo 4C Spider.

Lo que no conseguirás es mirar por encima del hombro a tus compañeros de semáforo – el coche mide 119 cm. de alto – ni tendrás mucha visibilidad tras la escueta luneta trasera. Así que si no puedes ver, deja que te vean y aprovecha el color Giallo Prototipo de nuestra unidad.

La envidia.

Sentirse mal ante el bien ajeno es una buena definición de la envidia. Otra definición que se me ocurre es la de cruzarte con un 4C Spider por una carretera de montaña. Una sucesión de curvas puede parecer el cielo para un deportivo de tracción trasera, motor central  y menos de 4 metros de longitud, pero un gran porcentaje de conductores encontrarían al volante de este modelo una suerte de purgatorio.

La conducción de este cabrio no es en absoluto relajada y la satisfacción no se encuentra si no es mediante un buen asfalto, una atención extrema y ciertas dotes al volante. Así que ese idílico paseo por las carreteras de la sierra llegue a ser algo estresante en algunos casos e incluso decepcionante si intentas sacarle todo el partido al coche, que ya te lo avanzo: No lo conseguirás fuera de un circuito.

La lujuria

La lujuria es un deseo desordenado e incontrolable, pero como todo bajo instinto, solo lo podrás disfrutar alejado del público y si hablamos de deseo hablamos de cómo va este coche en circuito.

Todos los pecados anteriores de repente desaparecen de tu mente, la pereza de mover esa dirección sin asistencia se convierte en una lucha entre el coche y tú, la envidia o la soberbia parecen ahora ser sentimientos infantiles y ridículos, la ira se torna concentración y no te preocupes con la gula, podrás quemar todas esas calorías que te sobran en un par de vueltas “a hierro”.

Lo malo de la lujuria es que es un sentimiento demasiado poderoso, y a pesar de que el circuito es su hábitat natural, te parecerán pocos esos 240 cv. y desearás que el 4C tuviese más. De hecho creo que el chasis podría gestionar entre 50 y 100 cv. más y que lo harían, por cierto, totalmente inutilizable en el día a día.

Lo que no superarás es la avaricia, una avaricia medida en décimas de segundos que querrás robar a todos tus competidores del track day y por encima de todos ellos a ti mismo. Es cierto que en el pecado llevas la penitencia, pero también que sarna con gusto no pica, … o “dime de qué presumes, y te daré con mi 4C cabrio”

Si además de leernos quieres escucharnos, aquí te dejamos el link al programa de radio Vuelta Rápida GT en el que nos ponemos trascendentales con este cabrio espectacular. A partir del minuto 46.

FICHA TÉCNICA

Alfa Romeo 4C Spider 1.7 Tbi 240 CV TCTPorsche 911 Carrera 4S Coupé PDK