Vuelta Rápida GT

Siempre he pensado que los coches, cuanto más pequeños, mejor. Si un segmento B te soluciona la vida, para que vas a pagar más por un compacto. Si un monovolumen de 5 plazas te llega para el 90% del año para qué cargar durante ese tiempo con dos plazas más. Pero donde menos dudas tenías de aplicar esta máxima era en los SUVs. Hasta hoy.

Con casi 4.6 metros de largo del Discovery Sport no se puede decir que sea un coche grande, incluso para tener 7 plazas. De hecho sus formas le hacen parecer más pequeño de lo que realmente es.

Me gusta más el Macan que el Cayenne, el XV que el Forester, el X4 que el X6 y si hablamos de TodoTerrenos, nada mejor que un Jimny. Por eso cuando este Land Rover Discovery Sport cayó en mis manos esperé que fuese todavía mejor que el Land Rover Discovery (a secas) que me rompió los esquemas e hizo que por una semana adorase los grandes todocaminos de lujo.

Parientes lejanos.

Efectivamente tardé muy poco en enamorarme del Discovery. Le llamé “Lord Greystoke” le relacioné con Tarzán, con la nobleza inglesa, me pareció la mezcla perfecta entre fuerza bruta y sofisticación. Perdón, más bien me pareció un alarde de fuerza bruta sumado a un alarde de sofisticación, sin mezclas, 100% de ambos.

Y llega el Sport, que tiene más que ver con el Evoque que con el modelo que le cede el nombre. De hecho los Discovery tan solo comparten eso y buena parte del equipamiento que ambos pueden instalar. Pero nunca un nombre ni un equipamiento definió el carácter de un coche.

El Sport tiene 179 cv. frente a los 256 cv. de su hermano mayor. Sobre el papel debería gozar de la misma autoridad en campo que le otorga el  ATPC (All Terrain Progress Control) y gracias a los casi 800 kg. menos de peso debería ser, al menos, tan eficiente en asfalto.

Sport

Lamentablemente no es así. Todo el apelativo Sport se queda en 0.4 segundos en el 0-100 y 8 km/h más de punta. Mientras que el comportamiento en campo se ve lastrado por la ausencia de ese modo “Rock ” no disponible en el Sport, el cual debe conformarse con los modos Snow, Gravel y Sand ya que no está disponible con la espectacular suspensión neumática de la marca.

De hecho esa suspensión neumática es la que hace del Discovery ( a secas) un coche bueno en asfalto y espectacular en tierra y por eso, a los mandos del más ligero y menudo Sport no se percibe especial agilidad ni mayor control que sí se percibía en el Discovery a pesar de sus enormes inercias.

La caja automática tampoco ayuda. La de 8 velocidades del Discovery tenía todo el sentido, siendo el acompañante perfecto de aquellos 600Nm de par, podías hacer el mismo adelantamiento en 3 marchas diferentes y tendrías la misma respuesta, pero cuando sólo tienes 430 Nm y tanto rozamiento sólo hay una marcha válida para cada situación y el cambio automático, aunque es rápido y suave, se pasa más tiempo engranando que engranado a poco que quieras hacer honor a su nombre “sport”.

Más que un SUV.

Con 21 cm. ( que es un montón) de altura libre y 60 cm. de profundidad de vadeo sería injusto llamarle SUV, de hecho sus geometrías TT son aceptables y su capacidad de tracción fuera de toda duda. En cualquier caso sí tiene los problemas típicos de algunos SUVs; El compromiso entre estabilidad y absorción no es malo pero está más orientado al asfalto y pistas en buen estado. De hecho tanto la suspensión adaptativa como toda la dotación de seguridad preventiva (asistente a mantenimiento en el carril, lector de señales, detector de tráfico marcha atrás, head up display, Control de crucero adaptativo (ACC) con seguridad a baja velocidad (Queue Assist), la conectividad “In Control”)y una dirección de 2.4 vueltas entre topes nos habla que donde se le espera es en la ciudad y la autopista.

¿Por qué un Discovery Sport?

Difícil pregunta, cuando tienes a tus dos mayores enemigos en casa.

Por una parte el Land Rover Evoque colmará tus ansias de SUV Urbano dándote un plus de diseño y deportividad, desde 35.100 € de la versión de 150 cv y 4×2. que son 500 € menos que la versión equivalente del Discovery Sport.

Por el otro lado del espectro, que es donde se ubica la unidad tope de gama que hemos probado, nos encontramos los 70.494 € de la versión SDV6 HSE del Discovery “senior”, que queda lejos de los 61.450 € de nuestra unidad, pero muy cerca de la versión TDV6 de 211 cv. del Discovery a secas con 32 cv. más e idéntico nivel de equipamiento.

Personalmente en ese precio me decantaría siempre por un Discovery TDV6 HSE aunque tuviese que prescindir de su más que correcta tercera línea de asientos, cosa que no puede decir el Sport.

Así que una vez más un modelo vuelve a abofetearme en la cara haciéndome olvidar otra de mis sentencias que tanto me ha costado parir. Y es que cuando hablamos de TodoTerrenos de Lujo, menos no es más, de hecho menos es menos, por mucho que se llame Discovery su nombre tenga un “sport” que lo haga todavía más largo.

FICHA TÉCNICA