Lexus RC-F. La camisa de seda.
Pocas, muy pocas veces en tu vida te pones una camisa de seda. Y, si alguna vez lo haces, te das cuenta de su exquisita suavidad, de su tacto inconfundible, […]
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Pocas, muy pocas veces en tu vida te pones una camisa de seda. Y, si alguna vez lo haces, te das cuenta de su exquisita suavidad, de su tacto inconfundible, […]
Pocas, muy pocas veces en tu vida te pones una camisa de seda. Y, si alguna vez lo haces, te das cuenta de su exquisita suavidad, de su tacto inconfundible, de su excepcional calidad. Claro que también te preocupas de que no se manche, de que no se arrugue. Vas elegante pero en tensión. Quieres que los demás sepan apreciar lo que llevas pero sin llamar la atención. El Lexus RC-F es como una camisa de seda.
Por Carlos Enríquez de Salamanca. @Runisvaiden1 . Fotos fernando González Ferreira @FUR_R
Coupés de 400 CV o más hay unos cuantos. Los hay casi brutales, como BMW M4, Mercedes C63 AMG Coupé. Diferentes como el Ford Mustang o con tracción a las cuatro ruedas, como el Audi RS5. El Lexus RC-F es un punto y aparte. Por el silencio de marcha, la calidad de rodadura y la suavidad de funcionamiento sobre todo.
El RC-F no es el coche ideal para luchar contra el crono en un circuito, pero se puede viajar con él a un ritmo impresionante o de manera relajada sin importar cómo está el asfalto. Es un “Gran Turismo” casi genuino, con un gran motor V8 delantero y propulsión trasera. De esos coches que, a pesar del fenomenal aislamiento que se vive a bordo, te dice a través del volante lo que pasa en la carretera.
Dos más dos
Aunque tiene cuatro plazas, las traseras no son cómodas para adultos. En cambio, las delanteras sí son amplias y los asientos sujetan muy bien el cuerpo. Como las camisas de seda, es un coche para usarlo en situaciones especiales, también porque la visibilidad no es su punto fuerte. Un M4 o un C63 están mejor concebidos en este sentido, además de que tienen mayor capacidad de maletero.Pero, en esas situaciones especiales se aprecian detalles en la instrumentación que no sirven para mucho pero que te alegran el día mientras conduces, como la aceleración instantánea o el tiempo por vuelta.
Otra virtud innegable del RC-F es la impresión de calidad, tanto por aspecto de los materiales como por el tacto y ajuste. Nuestro RC-F, con acabado Luxury, tenía tapicería de piel muy suave al tacto con asientos climatizados (frío y calor). Son detalles que se agradecen tanto o más que el sensor que detecta malos olores o aire viciado en el interior. En la parte negativa, como las arrugas de una camisa de seda, el manejo de tanto botón y tanta función requiere su tiempo. También cierta precisión, porque el “ratón táctil” que hay detrás de la palanca de cambios exige un temple considerable.
El equipamiento, obviamente, está a la altura de un coche de este nivel y precio (102.700 euros): cámara trasera, control de crucero adaptativo, faros de leds con cambio automático de cortas a largas, reproductor de DVD, navegador, climatizador bizona, sensores de aparcamiento delanteros y traseros…
Sedoso
No es normal la suavidad de rodadura del RC-F. No al menos para un deportivo. El aislamiento acústico impresiona, porque no se escuchan ni los neumáticos ni el viento, mientras que el motor casi pasa desapercibido… salvo que le pegues un buen pisotón al acelerador. Es como la camisa de seda: tus amigos no se habrán dado cuenta de que la llevas puesta, pero si le entras a una moza, ella te hará una radiografía y sabrá lo que llevas puestoal instante.
Porque este V8 atmosférico de 5,0 litros es pura seda. En teoría tiene 477 CV, pero no lucen tanto como los 457 del C63, los 431 del M4 o los 450 del RS5. Además, el consumo es elevado y es muy complicado bajar de 10 l/100 km incluso en el modo de conducción más ecológico. En parte, esto se debe al peso —salvo el Audi, todos sus rivales son más ligeros, incluido el Mustang—, pero si te olvidas de la prestación pura y valoras una entrega suave y progresiva de potencia, así como el bramido de un V8 gordo, este Lexus RC-F te va a gustar.
Por eso, también te gustará la suavidad del cambio automático de ocho relaciones, siempre y cuando no le exijas el mismo grado de deportividad que te da por ejemplo el DKG del BMW M4. Porque el convertidor de par del Lexus interpreta a su manera tus órdenes y, en ocasiones, hay un retraso considerable entre lo que pides y lo que hace. Además, en los modos más deportivos de conducción, pega unas sacudidas que no cuadran con el sedoso funcionamiento global del coche.
A tu gusto
Los modos de conducción, por cierto, se seleccionan con el mando «Drive Mode Select». Hay cuatro: Eco, Normal, Sport y Sport+. La instrumentación cambia de aspecto a medida que pasas de uno a otro y también se modifica la información que se muestra, pero sobre todo cambia la respuesta del cambio y del motor.
En el tren trasero hay un autoblocante activo —en las versiones de acabado inferior es Torsen— con función Torque Vectoring Differential. También aquí se pueden elegir tres programas de funcionamiento: Normal,Slalom y Track. En carretera se notan pocas diferencias; tal vez en circuito sí se puedan percibir. Para nosotros, lo más curioso ha sido cómo ha afectado este diferencial activo a la hora de meter este Lexus en el banco de potencia de Vagspeed. El RC-F se quedó 50 CV por debajo de los 477 oficiales, así que preguntamos a la marca qué podía estar pasando y nos dijeron que este diferencial “detecta” si estás en un banco de potencia y se autolimita. Estamos a la espera de una unidad con diferencial Torsen para verificarlo.
Con todo, el RC-F mantiene siempre la trayectoria que le indicas, te da una gran sensación de seguridad y tiene una suspensión que absorbe los baches como si fuera una berlina de lujo. Puedes ir muy muy rápido sin sobresaltos —nada que ver con el nerviosismo del M4— y, encima, la motricidad es muy buena. Para rematar la faena, los frenos son Brembo —pinzas de 6 pistones delante y de 4 detrás— y resisten el trabajo duro sin problemas a pesar del exceso de peso del conjunto.
En resumen, el Lexus RC-F es un coupé deportivo y lujoso a la vez, pero más lo segundo que lo primero. Porque no es el coche para buscar la última décima, sino el placer de conducción más relajado, más elegante. A fin de cuentas, uno no se pone unos vaqueros y una camiseta cuando quiere dar la impresión de ir elegante a la fiesta. Lo suyo es ponerse una camisa de seda. A lo mejor no podrás hacer el gamberro por miedo a arrugarte o a mancharte, pero nadie dice que te lo vayas a pasar peor.
FICHA TÉCNICA
Lexus RC-F
MOTOR | 4.969 cc, V8 en posición delantera longitudinal, DOHC distribución variable,inyección directa gasolina. 477CV a 7.100 rpm, 530 Nm de 4.800 a5.600 rpm |
TRANSMISIÓN/CAMBIO | Propulsión trasera, cambio automático de 8 velocidades |
CHASIS | Suspensión delantera de triángulos superpuestos y trasera multibrazo; estabilizadoras en ambos ejes; discos autoventilados delante(380 mm Ø) y detrás (345 mm Ø) |
DIMENSIONES | Longitud: 4.705 mm; anchura: 1.845 mm; altura: 1.390 mm.
Distancia entre ejes: 2.730 mm. Peso en vacío: 1.860 kg. Capacidad maletero: 366 l |
PRESTACIONES | Velocidad máxima: 270 km/h.
0 a 100 km/h: 4,5 seg. Consumo medio: 10,8 l/100 km Emisiones CO2: 251 g/100 km |
CLIENTE OBJETIVO | No es necesario buscar siempre la última décima si, a cambio, vas pegando tumbos por culpa de una suspensión demasiado seca. Se puede ir muy rápido a cualquier sitio y con un mayor nivel de confort… sin llevar un coche alemán. |
Si además de leernos quieres escucharnos, aquí te dejamos el link al programa de radio Vuelta Rápida GT en el que hablamos de deportivos de seda como este. A partir del minuto 54.