Audi R8 V10 Plus. Dios existe.
Creer o no creer en Dios es una cuestión de fe. Yo ignoro si existe de verdad el que dicen que está en los cielos, pero con todos mis […]
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Creer o no creer en Dios es una cuestión de fe. Yo ignoro si existe de verdad el que dicen que está en los cielos, pero con todos mis […]
Creer o no creer en Dios es una cuestión de fe. Yo ignoro si existe de verdad el que dicen que está en los cielos, pero con todos mis respetos hacia los creyentes, os puedo asegurar que en la tierra hay uno de verdad, que se puede ver, tocar, sentir y, lo mejor de todo, conducir. Es el Audi R8 V10 Plus.
C. Enríquez de Salamanca. @Runisvaiden1 . Fotos: Fernando González Ferreira. @FUR_R
La religión o, mejor dicho, la teología es una materia de difícil estudio y comprensión. Al menos la cristiana, católica, apostólica y romana. Porque, digo yo, todo acaba por saber si uno tiene o no tiene fe, si cree o no cree. Tratar de explicar el sexo de los ángeles, las Virtudes Teologales o el Misterio de la Santísima Trinidad resulta un esfuerzo vano cuando quien tienes enfrente es un ateo recalcitrante. En ese caso, solo los milagros o las revelaciones pueden hacer que alguien se convierta.
Me habían dicho que el nuevo Audi R8 era un coche excepcional. Yo, como el apóstol Santo Tomás, necesitaba meter la mano en la herida para comprobarlo y, tras hacerlo, soy creyente, discípulo, apóstol y lo que haga falta.
La conversión
El R8 de la anterior generación era un superdeportivo muy eficaz pero muy exigente al límite. Sobre todo el V10. Un coche con motor central-trasero como éste tiene la mejor arquitectura para lograr un paso por curva rapidísimo, pero exige unas manos experimentadas para sacarle jugo y controlar un trallazo en tales condiciones no resulta sencillo. Además, la tracción total Quattro aporta un plus de eficacia, un puntito más para poder pasar más rápido y, a más velocidad, más manos hay que tener… además de otras cosas. El anterior R8 era así, rapidísimo pero algo cabrón; el nuevo R8 también es rapidísimo, quizás más que antes, pero ya no te pone de los nervios si exploras sus límites. En resumen, Audi ha logrado un salto de calidad exponencial con este nuevo R8 en cuanto a facilidad de pilotaje o, mejor dicho, en cuanto a la confianza que inspira pilotarlo. Resulta muy sencillo ir muy rápido con él, sea en recta sea en curva. Alucinante cuando hablamos de un aparato de 610 CV en esta versión V10 Plus.
Para conseguirlo, entre otras muchas cosas, Audi ha puesto a punto un nuevo sistema Quattro capaz de variar el reparto de par entre ejes de 100 a 0 y de 0 a 100. Para enviar par al tren delantero, se sustituye el sistema viscoso del anterior R8 por un embrague multidisco accionado electrohidráulicamente. La gestión de ese embrague es electrónica y está integrada en el Audi Drive Select. También hay un diferencial autoblocante trasero y el cambio S Tronic de 7 velocidades con levas en el volante ejecuta el paso de una marcha a otra mediante impulsos electrónicos, shift-by-wire. Un cambio, por cierto, que funciona tan bien que lo mejor es dejarle hacer, salvo que quieras jugar para escuchar los petardeos al reducir o los empujoncitos al subir de marcha.
Además, también ha habido algo de dieta contra el peso: el chasis Audi Space Frame pesa 10 kilos menos que antes gracias a la combinación de aluminio y plástico reforzado con fibra de carbono (CFRP), además de tener mayor rigidez torsional (un 40 por ciento). Los frenos carbocerámicos, de serie en este R8 V10 Plus, son 15,2 kilos más ligeros que los de acero y tienen delante pinzas fijas de seis pistones y de cuatro detrás. También la aerodinámica ha sido tenida muy en cuenta: el alerón y difusor trasero son capaces de generar hasta 100 kilos de apoyo aerodinámico, mientras que en el eje delantero se alcanzan los 40 kilos.
Ejercicios espirituales
Obviamente, el nivel de prestaciones es tal, que solo en circuito puedes sacarle partido y no del todo. Pero también es cierto que, sin ser una berlina, llega a ser casi cómodo en uso diario o, al menos, más que un 911 Turbo o un GT-R. Hasta tiene guiños ecológicos, ya que el V10 atmosférico combina inyección directa e indirecta, puede desconectar alternamente una u otra bancada y tiene un sistema de navegación a vela para reducir el consumo.
Pero, claro, en el tráfico diario no le sacarás al R8 V10 Plus ni la décima parte de lo que puede dar. Por suerte, he podido probar el R8 V10 Plus en dos circuitos, Montmeló y Jarama, de manera que puedo asegurar que es un coche excepcional, increíble, alucinante, óptimo y todos los adjetivos que se te ocurran, corregidos y aumentados. No solo por cómo va, sino sobre todo porque permite a un tipo de conductor menos experimentado sacarle partido o, al menos, tener la sensación de que es capaz de hacerlo.
Subirte a un aparato de 610 CV y 560 Nmte puede provocar temblor de piernas y escuchar cómo suena el V10 atmosférico te pone cachondo… y más cosas si le pulsas el botón que modifica el sonido del escape. Pero lo mejor es que este Audi R8 V10 Plus es capaz de hacerte pensar que eres un gran piloto. Es algo muy parecido a lo que te transmite un Nissan GT-R o un Porsche 911 Turbo. Los tres, para mí, son como una especie de Santísima Trinidad.
La potencia ha sido verificada en uno de los bancos de potencia más avanzados de Europa, y de los poquitos en los que se puede medir superdeportivos de tracción total como este, ya que sus dos rodillos giran solidarios y no se daña en absoluto su transmisión. Estos son los datos que ha arrojado en las instalaciones de Vagspeed Motorsport . Se ha quedado ligeramente por debajo de las cifras oficiales, pero sinceramente en este caso particular es meramente anecdótico.
La curva de par es sencillamente espectacular, manteniéndose por encima de 400 Nm desde el ralentí y alcanzando casi los 500 Nm hasta el corte por encima de las 8.000 rpm.
Cierto que casi todo lo hace el coche, pero este R8 V10 Plus siempre te da la sensación de que va por donde tú quieres, que acelera como un poseso en el momento más adecuado, que tracciona de delante o de atrás cuando lo necesitas o se lo ordenas. Y una de las mejores cosas es cómo funciona el nuevo sistema Quattro: la gestión del reparto de par me parece superlativa, con una transición ente subviraje y sobreviraje muy progresiva y, por tanto, increíblemente sencilla de controlar.
Para percibir esa maravilla, recomiendo pulsar el botón del modo Performance que deja el control de estabilidad en Sport y te deja hacer unas derrapadas controladas hasta que el ESP actúa para reconducir la situación. En ese instante puedes escuchar los “clac-clac” de las pinzas frenando la rueda necesaria para recolocar el coche. Todo va como la seda, todo bajo control hasta el punto de que no se puede resistir a la tentación de desconectar todo, para descubrir que el R8 V10 Plus sigue mostrando ese carácter dócil, progresivo, controlable. Todo es tan fluido que te acabas preguntando si de verdad está pasando lo que está pasando: “¿de verdad sabía yo hacer esto?”.
Claro que, si lo que quieres es pelear contra el crono sin perder tiempo mirando al frente por la ventanilla, el R8 V10 Plus te obsequia con una dirección muy precisa, con una suspensión firme pero no rígida y con un comportamiento muy equilibrado. Los cambios de apoyo se suceden sin balanceo, el aplomo en curva rápida es superlativo, todo parece y es inquebrantable. Un placer de dioses porque no todos los coches que rondan los 600 CV son tan sencillos de conducir a un ritmo tan endiabladamente rápido. Es un coche excepcional, increíble, alucinante, óptimo… y todos los sinónimos que se te puedan ocurrir. Da igual el modo que elijas en el Drive Select (Comfort, Auto, Dynamic, Individual) e, incluso, cualquiera de los otros tres adicionales (Dry, Wet, Snow) que puedas escoger tras pulsar Performance.
Admirando la catedral
El nuevo R8 cambia un poco en cuanto a diseño pero es fácil de reconocer desde cualquier ángulo como siempre. Al menos por fuera. Por dentro el asunto es algo diferente, aunque sabes que es un Audi por el aspecto, ajuste y calidad de todos los materiales. El R8 hereda el concepto virtual cockpit del TT, con una instrumentación digital que condensa en una pantalla TFT de 12,3 pulgadas y alta resolución toda la información que quieras imaginar: navegador, velocímetro, tacómetro, radio, teléfono, ordenador de a bordo, datos de potencia, par y fuerzas G…
En la consola destacan los mandos de la climatización, que parecen flotar mientras que el mando giratorio del MMI permite escribir con el dedo y buscar una dirección o un número de teléfono.Los asientos son unos bacquets Recaro que sujetan muy bien el cuerpo pero solo se regulan en distancia y altura. Eso sí, lo que más destaca es el volante multifunción con sus cuatro botones satélite que le dan un aspecto de volante de competición. Mola tanto que hasta perdono el hecho de que esté achatado.
El R8 V10 Plus no solo es excepcional por cómo va, cómo suena, cómo corre, cómo se sujeta, cómo frena y lo sencillo que es sacarle partido (en circuito, claro); lo es porque ha conseguido que yo me haga creyente. Amén.
Si además de leernos quieres escucharnos, aquí te dejamos el link al programa de radio Vuelta rápida GT en el que hablamos de teología, de lo divino y lo humano y de cómo el Audi R8 es de otro mundo. A partir del minuto 1.15.45 .
FICHA TÉCNICA
Audi R8 V10 Plus
MOTOR | 5.204 cc, V10 a 90º central-trasero longitudinal, inyección directa/indirecta gasolina, DOHC, distribución variable. 610 CV a 8.250 rpm, 560 Nm a 6.500 rpm.
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TRANSMISIÓN/CAMBIO | Tracción total permanente con reparto de par variable con control electrónico y diferencial autoblocante trasero, Cambio STronic 7 velocidades
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CHASIS | Suspensión multibrazo delante y detrás con estabilizadoras en ambos ejes; Discos carbocerámicos ventilados y perforados delante (380 mm Ø) y detrás (356 mm Ø). Neumáticos: 245/35 R19 delante 295/35 R19 detrás
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DIMENSIONES | Longitud: 4.426 mm
Anchura: 1.940 mm Altura: 1.240 mm Distancia entre ejes: 2.650 mm Peso en vacío: 1.630 kg Capacidad del maletero: 112+226 l |
PRESTACIONES | Velocidad máxima: 330 km/h.
0 a 100 km/h: 3,2 seg. Consumo medio: 12,3 l/100 km Emisiones CO2: 287 g/100 km |
CLIENTE OBJETIVO | Otro coche para mí, como el GT-R Track Edition. Ya solo falta que los del euromillón acierten (¡de verdad!) la combinación ganadora |