Toyota Aygo Copa Kobe Motor. Vámonos de copas.
Si eres oyente de Vuelta Rápida GT, sabrás que “GT” no es por Gran Turismo sino por Gin Tonic. Qué le vamos a hacer, nos gusta irnos de copas… pero […]
El mejor programa de motorsport de la radio española
Si eres oyente de Vuelta Rápida GT, sabrás que “GT” no es por Gran Turismo sino por Gin Tonic. Qué le vamos a hacer, nos gusta irnos de copas… pero […]
Si eres oyente de Vuelta Rápida GT, sabrás que “GT” no es por Gran Turismo sino por Gin Tonic. Qué le vamos a hacer, nos gusta irnos de copas… pero siempre después del trabajo. En la vida, primero la devoción y luego la diversión. Pero en motorsport, irse de copas tiene otro significado mucho más serio y, por desgracia, mucho más caro. ¿O no?
Por Carlos Enríquez de Salamanca @RunisVaiden1. Fotos: Fernando González @FUR_R .
¿Cuánto cuesta correr un campeonato de rallyes o de circuitos? Una pasta gansa, sin duda. Sobre todo si vas con la mentalidad de ir de piloto oficial antes de empezar. Que si un fisioterapeuta, que si un manager, que si varios mecánicos, que si el catering para los invitados VIP, que si un jefe de prensa y relaciones públicas,que si un tráiler para el coche, que si un muleto para entrenar… y, por supuesto, un aparato de no menos de 300 CV. Así, desde luego, no vas a ninguna parte, salvo que tengas un presupuesto de seis cifras. Antes de empezar a correr, hay que aprender a andar y, en este caso, para eso se han hecho las copas monomarca.
Paradar unos primeros pasos en esto de la competición del motor —una vez que se te hayan bajado los aires de grandeza— recuerda que en los rallyes españoles hay varios ejemplos, como las copas Suzuki y Sandero en asfalto y la Copa Kobe Motor en los rallyes de tierra. Precisamente, hemos probado el Toyota Aygo con el que se disputa esta copa de promoción organizada por Kobe Motor, concesionario de Toyota en Majadahonda, y que ya ha celebrado su primera temporada.
La receta es tan simple como la de aquella Copa Seat Panda de comienzos de los años 80 de la que salió un tal Carlos Sainz. Una competición basada en un coche barato, casi de serie, con una preparación mínima, sencillo de mantener y fiable. ¿Necesidades? Poco dinero, mucha afición y más ganas. El resto, lo que cada uno sea capaz de poner.
La base es el Toyota Aygo de 3 puertas con motor 1.0 de tres cilindros y 69 CV. La preparación incluye —además de las medidas de seguridad obligatorias, decoración, llantas, neumáticos…— un grupo corto, una nueva línea de escape, una suspensión de competición con amortiguadores Tecknoshock y muelles Eibach, un kit de discos de freno delanteros más grandes con pastillas EBC, un repartidor de frenada manual y poco más.Kobe Motor entrega el coche listo para correr por 16.900 euros incluyendo matriculación, impuestos, publicidad obligatoria, monos para piloto y copiloto y carpa para asistencia en las pruebas.
Hay poco más que 70 CV bajo el capó, alguno más en banco —dicen que casi 80—, y pesa solo 830 kilos en vacío. El grupo corto reduce los desarrolloscasi en un 10 por ciento —la velocidad punta baja de 160 a 145 km/h—, lo que no es para tirar cohetes pero sí permite un poco más de aceleración, mientras que el cambio de cinco velocidades tiene un buen tacto. La nueva línea de escape permite respirar un poco mejor al motor, que sube de vueltas como un molinillo pero que no conviene dejar caer mucho de vueltas si queremos tener cierto empuje.
Por su parte, la suspensión absorbe bastante bien los baches. El coche es un juguete muy ágil y fácil de controlar, pero lo de ir rápido ya es asunto diferente. Porque puedes dedicarte a ir de costado y pasártelo mejor que la mona Cheetah en una plantación de cacahuetes o tratar de minimizar el deslizamiento lateral en favor del longitudinal. Como no hay mucha potencia disponible, la clave está en saber cómo y cuánto balancear el coche y cuándo y cómo frenar con el pie izquierdo para hacer deslizar el tren trasero sin perder demasiado tiempo.Si consigues apuntar bien con el morro y jugar con las inercias, los tiempos tienen que salir.
Los neumáticos, unos Pirelli PZero T4 de competición para tierra, aseguran un nivel más que satisfactorio de motricidad y adherencia, más que de sobra para sorprenderte por la docilidad de reacciones del coche ante un uso intensivo. No sé cómo irán en barro porque no los he probado, pero en tierra dan un resultado muy eficaz.
Sinceramente, pocas escuelas de pilotaje hay mejores que esta Copa Kobe Motor, una brillante idea de la que su principal responsable en Alberto Dorsch, director comercial de Kobe Motor. Por una parte es una competición sencilla, barata y divertida —como era en su día la Copa Panda— por lo que te puedes iniciar en esto de los rallyes sabiendo que no necesitas un presupuesto desorbitado; por otro, la escasa potencia y las características del coche te obligan a hilar muy fino en los tramos para que los tiempos salgan; y, por último, por esa misma razón, la igualdad entre pilotos es tremenda, de manera que es una escuela excelente para aprender a gestionar la presión.
La Copa Kobe Motor ya ha celebrado su primera temporada y está previsto que se dispute también en 2016 y 2017. Para más información, como precio de inscripciones, condiciones de compra, lista de inscritos, etcétera, entra en www.copakobemotor.com. El premio al ganador de la Copa en 2016 será correr con un Auris semioficial que ya están desarrollando Alberto Dorsch y su equipo. No sé tú, pero yo si pudiera me iba de copas ahora mismo.
Si además de leernos quieres escucharnos, aquí te dejamos el link al programa de radio Vuelta Rápida GT en el que os contamos qué se siente desde dentro de este coche. A partir del minuto 5.