Vuelta Rápida GT

Ahora se les llama Premium, pero hace no mucho se le llamaba simplemente “cochazo”. Cuando hablamos de “Etiqueta” no hablamos sólo del título que aparece en la puerta el Vignale, sino de esas reglas y formalidades que se observan cuando la solemnidad del evento lo demanda. No se trata solo de un emblema, un motor potente y un equipamiento completo, sino de cómo combinamos estos tres ingrediente.

Texto y Fotos: Fernando González Ferreira. @FUR_R .

Vignale.

Es el nuevo emblema en el mundo de Ford. Vignale es el nombre que está llamado a ser la submarca Premium del creador del Escort o el Taunus, pero ¿Qué tendrá que ver el nombre de una población francesa de 200 habitantes con este modelo de la multinacional americana? un modelo cuya plataforma fue creada para venderse en el mundo entero y de ahí su nombre: Mondeo.

Porque un Mondeo, en especial esta última generación ya es un cochazo. Lo probamos en su versión híbrida  Titanium HEV y nos pareció en su día al mismo nivel dinámico, tecnológico y de calidad de rodadura que cualquiera de las todopoderosas marcas premium alemanas. ¿Realmente se puede mejorar un coche fabuloso cambiándole el nombre?

Antes de seguir, quizás debería presentaros a “Carozzería Vignale”, una empresa italiana que desde los años 40 hacía preparaciones artesanales sobre modelos italianos incluido Ferrari. Antes de la llegada de Scaglietti o Pininfarina, Vignale estuvo vinculado a “La Marca” con los 340 America Vignale o 340 Mexico Vignale que corrió en la Panamericana (gracias a Diego Merino por el apunte).

En 1973 fue vendida al grupo Ford. En cualquier caso faltaban todavía 20 años para el Aston Martin Lagonda Vignale y otros 10 más para el Concept Focus Vignale, que daría lugar al Focus CC descapotable de techo duro, sentase las bases de lo que sería este nuevo concepto.

El nombre Mondeo no aparece por ningún lado, pero a nadie se le escapa que el Vignale es un Mondeo tope de gama. La gama Vignale ofrece carrocerías Sportbreak (familiares) motores diésel biturbo de hasta 210 cv. gasolina de 240 cv. o incluso tracción 4×4. No se puede decir que sea sólo un acabado más, ya que es llave para acceder a los motores más potentes de la gama Mondeo y ahí reside su principal característica más allá de ofrecer un acabado “premium” y es unir dinámica y tecnología bajo un envoltorio diferenciador.

Dinámica.

Que no deportividad, pero sí solvencia para ir lo suficientemente rápido. Con sus 180 cv., se trata de la versión diésel con cambio de doble embrague que también está presente en otros niveles de acabado del Mondeo y que compite en un segmento que a pesar de no estar muy de moda por culpa de los SUVs ,sigue siendo la referencia cuando se habla de viajar cómodo y deprisa, las berlinas del segmento D.

Hay un puntito deportivo en todo los modelos que Ford saca al mercado. Es parte de su ADN. naturalmente que lo encuentras al subirte a cualquier versión ST o RS, pero también lo notas incluso en un Focus 1.0. Es esa manera tan Ford de poner a punto los chasis.

Ese ADN Ford está presente también en el Vignale, pero aquí no se trata de ganar los provinciales de atletismo en pista, lo que se trata es de no quedar mal en la carrera popular del banco por eso su comportamiento no es explosivo no siquiera en la versión de 240 cv. pero a pesar de tener 3 modos de conducción su funcionamiento es idéntico al del Mondeo equivalente; incluso el más confortable es más crujiente que en cualquier berlina de lujo de la competencia, mientras que el modo sport saca todo el partido del motor y chasis siendo incluso algo brusco para ciudad.

Está claro que hay dosis de dinamismo en el Vignale, pero no justifica por sí solo la diferencia de 11.000 € (ofertas incluidas) que existen con la motorización equivalente de la gama Mondeo.

Tecnología y equipamiento.

Gran parte de esos 11.000 € están asignados a la dotación tecnológica y equipamiento del Vignale.

Y es que si ves su sobrio interior nunca pensarías toda la tecnología que pone a tu disposición:  Detector de ángulos muertos, Sistema de aparcamiento asistido, Control de crucero adaptativo ACC + Asistente pre-colisión con detección de peatones, Suspensión adaptativa,  Asientos Multi-contorno con masajes y climatizados o Cinturones de seguridad inflables, todo “escondido” en una discreta pantalla mulfifunción y una consola central con menos botones que la del Fiesta.

La etiqueta.

Hay marcas cuyo mero nombre ya es capaz de obtener el reconocimiento del público. Marcas que aunque presenten un tricilíndrico de 100 cv. pelado de equipamiento se les sigue considerando premium. Otras como la que analizamos hoy deben ganárselo a golpe de “producto”.

Sabemos que el Vignale es un modelo puente., un producto que se pone en el mercado como anuncio rodante de lo que vendrá. Exactamente igual que lo que hizo en su día la marca coreana con el Hyundai Génesis Sedán que ahora pasa a llamarse Génesis G90.

Con unos precios entre los 39.950€ el 2.0 tdci 180 6v y los 52.745€ del 2.0TDCi 180cv PowerShift AWD 4×4 no esperamos ver muchos Vignale por la calle, pero los que veamos lo haremos en las manos de gente que podría haberse comprado cualquier Mercedes clase C (sin contar los AMG por supuesto) y eso tiene un valor.

Ojalá que con la llegada, primero del S-Max Vignale y más tarde con la previsible entrada en el mercado de la marca Vignale como tal, Ford haga honor a una “etiqueta” que tiene mucho peso en la industria automovilística del siglo XX y que ha portado en su carrocería lo más granado de los años 50. A algunos nos hubiese gustado más ver la herencia del carrocero italiano en alguna marca también italiana, pero quizás Ford sea mucho mejor compañero de viaje para este largo camino que emprendió Vignale hace más de 60 años y que merece ser recuperado y disfrutado por las nuevas generaciones.

Si además de leernos quieres escucharnos aquí te dejamos el link al programa de radio Vuelta Rápida GT en el que hablamos de este Mondeo Premium. A partir del minuto 72.