Paradoja significa contrasentido, una idea opuesta a lo que piensa el resto de la gente, algo inverosímil, incluso absurdo. ¿Se puede aplicar esta definición a un SLK 250 cdi?. ¿Es […]
Paradoja significa contrasentido, una idea opuesta a lo que piensa el resto de la gente, algo inverosímil, incluso absurdo. ¿Se puede aplicar esta definición a un SLK 250 cdi?. ¿Es un descapotable diésel un contrasentido?.
Probad este experimento. Preguntadle a vuestros amigos y familia con qué tipo de conductor identifican a un propietario de un SLK. Os encontraréis con que jubilados, niñas de papá o divorciadas pueden estar entre las respuestas más recurrentes. Pero no necesariamente tiene que ser así, porque hay otro análisis debajo de estos estereotipos.
La paradoja.
En las siglas CDI se encuentra todo el saber hacer de Mercedes Benz en cuanto a eficiencia, sostenibilidad, economía pero también con respecto a rendimiento, no hay más que recordar aquella primera y última incursión de AMG en terreno diésel con el C30 CDI, que con un turbodiésel de 3 litros y 230 cv. ponía en serios apuros a sus equivalentes de gasolina allá por 2004.
Merece la pena mencionar que con respecto a aquel C30 AMG el SLK 250 cdi tiene un cilindro menos y casi un litro menos de cilindrada y a pesar de sus 204 cv. nuestro SLK acelera de cero a 100 en 6.7 segundos, una décima más rápido que aquel AMG. Un diésel verdaderamente deportivo. Paradójico.
La contradicción.
A todos nos gusta el sonido que un gran bloque V8 genera a nuestro alrededor mientras el viendo desordena lo que nos queda de pelo, y todavía más cuando el motor que lo genera está en disposición central o trasera. Y cierto es que hay versiones AMG del SLK, pero no estamos hablando de ellas.
Quizás por eso habrá quien le parezca contradictorio que un cabrio lleve un motor diésel. Conducir a cielo abierto siempre ha venido asociado a cierto purismo y elegancia que no buscarías nunca en el gasóleo, pero seamos francos, los motores modernos de gasolina que rondan los 200 cv. no suenan demasiado alto ni tampoco demasiado bien (salvo honrosas excepciones como el Alfa Romeo 4C), así que exceptuando el momento del encendido y la entrada en temperatura de servicio un 250 cdi no suena peor cuando vas descapotado que, por ejemplo, un 250 cgi de gasolina, de hecho no suena nada en absoluto.
No sé a vosotros, pero a mí me resulta realmente contradictorio que precisamente el ser descapotable sea la solución a la rumorosidad de un motor diésel, pero así es.
Inverosímil.
Según la marca, SLK quiere decir (y por ese orden) deportivo, ligero y compacto. ¿Te lo crees?. No parece que esas características importen mucho a ese jubilado, o divorciada de mediana edad que te has imaginado conduciéndolo, ¿Verdad?.
Pero resulta que una propulsión trasera, un motor colocado muy atrás en disposición longitudinal y una postura de conducción sentado casi en las ruedas traseras hacen que las sensaciones y agilidad que demuestra merezcan ser tenidas en cuenta. Un comportamiento dinámico que se ha mantenido desde hace 20 años y que caracteriza a cualquier SLK como un coche de reacciones vivas y eje trasero juguetón, y eso es lo que se espera de un deportivo.
Otra pregunta ¿Es ligero un coche que pesa 1.590 kg? Pues no mucho, pero si consideramos que es un cabrio con techo duro totalmente acristalado, y que aún así es 40 kg. más ligero que un BMW 220d de capota de lona quizás sí deberías creértelo.
Y la última, ¿Es compacto? Sí, créeme cuando te digo que tiene una batalla 4 cm. inferior al de un VW polo 3 puertas, por poner un ejemplo. Inverosímil.
Dignificando el SLK.
Este será el último SLK de la historia, no habrá más. Muchos potenciales clientes que en algún momento pensaron que el SLK ha sido un cabrio burgués símbolo de decadencia y de una “cana al aire” propiciada por algún tipo de crisis emocional no lo echarán de menos. A partir de 2016 Mercedes Benz cambiará su nomenclatura a SLC y quizás sea ese cambio de nombre lo que permita a aquellos que no se lo compraron en su día olvidar sus prejuicios y descubrir este modelo tal y como lo he hecho yo mismo.
A ellos no les diremos que el SLC seguirá siendo un SLK en su interior, pero el SLK que yo imagino cuando cierro los ojos no está de postureo en una terraza de Marbella con una etiqueta con los 50.438 € de su precio bien visible colgando del retrovisor.
Cuando cierro los ojos imagino un largo viaje sin repostar. Un viaje disfrutando del calor o del frío bajo el cielo. Una ruta solo o en compañía, pero por retorcidas carreteras en las que el empuje nunca se acaba y la trasera redondea cada enlazada.
Será que estoy mayor, pero el paso del tiempo hace lo contrario que los detergentes de los anuncios , aclaran el negro y oscurecen el blanco, y lo que toda tu vida habías pasado por “verdades verdaderas” ahora están sujetas a muchas paradojas, contradicciones y aparentes mentiras que te hacen ver las cosas de otra manera.
Si vuelves a ver un SLK por carretera, estás en tu derecho de ver un coche gris, como el de las fotos, pero te puedo asegurar que si lo conduces reconocerás varios tonos según la luz con que lo mires, valorarás sus contrastes y sin duda reconocerás esos fantásticos destellos de un producto que el tiempo pondrá en su sitio.
FICHA TÉCNICA
Mercedes Benz SLK 250 cdi.
MOTOR
2.143 cc, 4 cilindros en línea en posición delantera longitudinal, Inyección directa de gasóleo por conducto común. Turbo. Geometría variable. Intercooler. 204 cv de 1500 / 3800 rpm, 500 Nm de 1.600 a 1.800 rpm
TRANSMISIÓN/CAMBIO
Propulsión trasera, cambio automático de 7 marchas con convertidor de par.
CHASIS
Supensión delantera y trasera multibrazo; estabilizadoras delantera y trasera; frenos autoventilados delante, macizos detrás
Jubilados, niñas de papá o divorciadas de mediana edad. También redactores de pruebas que quieren disfrutar de un coche como Dios manda sin pensar en qué dirán sus compañeros más puristas.
Si además de leernos quieres escucharnos, aquí te dejamos el enlace al programa de radio Vuelta Rápida GT en el que charlamos sobre este descapotable diésel. A partir del minuto 2.