Audi RS3 y RSQ3. ¿Solomillo o hamburguesa?
Cuando te plantean si prefieres comer un solomillo o una hamburguesa, seguro que sabes qué carne es mejor, de mayor calidad y qué menú es más digestivo, sano y ligero. […]
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Cuando te plantean si prefieres comer un solomillo o una hamburguesa, seguro que sabes qué carne es mejor, de mayor calidad y qué menú es más digestivo, sano y ligero. […]
Cuando te plantean si prefieres comer un solomillo o una hamburguesa, seguro que sabes qué carne es mejor, de mayor calidad y qué menú es más digestivo, sano y ligero. Pero eso no significa que siempre te apetezca lo mismo o que la comida sea más o menos entretenida. Con el RS3 y RSQ3 de Audi, sucede exactamente eso.
Por Enríquez de Salamanca @Runisvaiden1 . Fotos: Fernando González Ferreira @FUR_R
Por cierto, la hamburguesa no tiene que ser siempre de carne picada de peor calidad. Contaba Lee Iacocca en su autobiografía, que Henry Ford II presumía que de que su cocinero personal hacía las mejores hamburguesas del mundo. Iacocca fue a ver al cocinero para preguntarle cómo las hacía y éste cogió un trozo del mejor solomillo, lo metió en la picadora, le dio forma con las manos y listo.Con el RS3 y el RSQ3 sucede eso exactamente, que la carne es la misma y de primerísima calidad: el motor 2.5 TFSI,el cambio S Tronic de siete marchas y la tracción Quattro. Pero el aliño no es el mismo. Y ahí está la diferencia.
Cocinando
Obviamente, el planteamiento de ambos coches no es el mismo, a pesar de que la base es la misma. Si empezamos por el motor, se trata de un 5 cilindros en línea que ya para empezar supone todo un guiño a épocas gloriosas del pasado de Audi, del mundial de rallyes de comienzos de los 80, por ejemplo.
Claro que la cocina evoluciona y, aunque los ingredientes sean iguales, las manos del cocinero influyen. Así, tenemos un propulsor de 2.480 centímetros cúbicos con inyección directa y turbocompresor, pero en el RS3 la potencia máxima llega a 367 CV con 465 Nm de par máximo, mientras que en el RSQ3 las cifras son 340 CV y 450 Nm.
Hemos podido meter en nuestro banco de potencia del Vagspeed al RS3, que de modo anecdótico no ha llegado a dar la potencia oficial. Entre otras cosas porque llevaba gasolina de 95 Octano y porque hacía un calor considerable. Seguramente, en mejores condiciones climáticas y con gasolina de 98 hubiera llegado a dar los 367 CV prometidos, pero creo que el asunto es anecdótico. En cuanto a las prestaciones oficiales, el RS3 acelera de 0 a 100 en 4,3 segundos, el RSQ3 en 4,8. Pero no conviene perder la cabeza por ese medio segundo.
En los dos hay una válvula conmutable en el escape para que el coche haga un ruido más “gordo”, pero basta un instante para darte cuenta de que el RS3 suena más contundente, aunque la diferencia es de matiz.
El cambio S Tronic de doble embrague en ambos casos tiene 7 velocidades y la última marcha está pensada para reducir consumo y sonoridad tanto en uno como en otro, pero los desarrollos son un poco más cortas en el RSQ3 para compensar las diferencias de peso(1.520 kg el RS3, 1.655 el RSQ3) y conservar el dinamismo. Las relaciones de cambio son idénticas, pero el grupo final varía ligeramente. También por eso el ajuste de la suspensión no es el mismo, aunque los dos tengan un enfoque deportivo sin concesiones. Si juegas con el sistema Drive Select en uno y otro, notarás diferencias en la forma en que responden. Igual que unas buenas patatas fritas no saben lo mismo si acompañan a un solomillo que si acompañan a una hamburguesa.
En cuanto a la tracción total Quattro, lo primero que hay que tener en cuenta es que en el RS Q3 no está pensada para salir del asfalto, sino para obtener la mayor eficacia en carreteras de curvas. En ese sentido, el enfoque es idéntico al que tiene el RS3 Sportback. Ahora bien, mientras que en el compacto se consigue una eficacia sensacional, en el SUV el asunto es diferente.
Volviendo al símil del solomillo y la hamburguesa, comer varios días seguidos cualquiera de esos dos platos tiene distintas consecuencias. Del solomillo no te cansas, pero de la hamburguesa, sí. Por muy buena que sea la carne. No sé si será por el pan, por los pepinillos o por la salsa barbacoa, por el kétchup o por la lechuga. Porque el RS3 la tendencia endémica de los Audi Quattro a tirar del tren delantero e irse de morro ha desaparecido casi por completo. No sé si será debido al reparto de par entre ambos ejes, pero yo lo achaco más a que nuestra unidad contaba con la opción de poner delante unos neumáticos más anchos (255/30 delante, 235/35 detrás).
El RSQ3, sin embargo, no consigue deshacerse de esa tendencia subviradora. No voy a negar que va muy bien, pero va muy bien para ser un SUV. Impresionantemente bien, insisto, pero para ser un SUV, repito.
Vamos a “emplatar”
Esa palabreja, “emplatar”, se ha puesto tan de moda en los programas televisivos de cocina que no puedo resistirme a utilizarla. A priori tanto el RS3 como el RSQ3 parecen el mismo coche con una estética distinta, pero basta echar una ojeada al interior para apreciar diferencias que no son exclusivamente estéticas. La posición de los mandos básicos de conducción es idéntica, pero no así la del mando MMI, por ejemplo. En el RS3 está por detrás de la palanca de cambios y la ruleta admite escribir con los dedos para buscar una dirección en el navegador o un teléfono en la agenda. En el RSQ3 el mando es más pequeño, está en la consola central y no admite esas virguerías.
Si en las plazas delanteras el espacio parece bastante similar –no hemos medido las cotas interiores–, detrás el RS3 parece y es más amplio a simple vista. Lo mismo sucede con el maletero. Al tener una línea más coupé, el SUV da la sensación de ofrecer menos espacio para la cabeza en las plazas posteriores, mientras que al tener la altura de carga más alta, la capacidad para meter equipaje se ve afectada.
Pero si vamos un poco más allá y vemos de qué está hecho el plato, nos encontramos con que el RS3 tiene la nueva plataforma MQB del Grupo VAG, mientras que el RSQ3 se conforma con la anterior. Es una diferencia sustancial, porque a pesar de que el RSQ3 va francamente bien, el RS3 tiene un punto de agilidad y de precisión superior. El peso o la altura del centro de gravedad tienen una influencia clara, pero la forma de reaccionar ante los cambios de apoyo de uno y otro, la manera de seguir la trayectoria que le indicas con el volante es sustancialmente mejor en el RS3.
Igual que la hamburguesa puede provocarte una digestión pesada, resulta bastante extraño que con el solomillo te pase lo mismo. El RSQ3, a pesar de tener un comportamiento sensacional, no deja de ser un SUV y no tiene nada que ver con el RS3. Dicho de otra forma, el RSQ3 subvira en cuanto tiene ocasión, mientras que, sorprendentemente, el RS3 no lo hace apenas, aportando una facilidad de conducción considerable, una confianza al volante bastante superior.
El RS3 Sportback, que vale 59.800 euros, es uno de los mejores súper GTI que hay en el mercado. No solo porque con 367 CV sea de los más potentes, sino por su comportamiento dinámico y, a pesar de su enfoque muy radical, porque llega a ser un coche fácil y dócil para usar a diario. Un solomillo de primera calidad del que no te cansas jamás pero que tiene el inconveniente de que no es parte habitual en nuestra dieta.
El RSQ3 es como una hamburguesa que te puedas comer en el mejor restaurante de Nueva York. Algo cara porque se va hasta los 65.400 euros, pero es lo que hay. Tienes que probarla, pero no se te ocurre repetir al día siguiente. Ahora bien, con un buen solomillo, si la cartera te lo permite, seguro que no te importaría repetir todas las veces necesarias. En otras palabras, el RS3 te apetece conducirlo a diario y no te cansas. El RSQ3 te apetece probarlo y, como con las hamburguesas, disfrutas del momento, de la parafernalia de la comida basura –aunque en este caso de “basura” nada de nada–, pero como mucho te mola una vez al mes. O a la semana.
Si además de leernos quieres escucharnos, aquí te dejamos el link al programa de radio Vuelta Rápida GT en el que hablamos de estas bellas bestias. A partir del minuto 29.