Pedro de la Rosa: “La F1 se equivoca de concepto”
Siempre es un placer charlar de carreras con una voz autorizada. Pedro de la Rosa es una de ellas.
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Siempre es un placer charlar de carreras con una voz autorizada. Pedro de la Rosa es una de ellas.
Unos años después de su primer paso por VRGT, Pedro de la Rosa vuelve a charlar con nosotros. Nos encontramos a un Pedro relajado, contento por estar con su familia. Mira las cosas con perspectiva, y no tiene prisa por encontrar un proyecto que le satisfaga. Con ustedes, todo un veterano de la F1: Pedro de la Rosa.
Transcripción: Ramón Biosca @ramonbiosca Fotos: www.pedrodelarosa.com
-Pedro, ¿cómo te va la vida?
Bien, muy bien. Hoy, por ejemplo, estoy en el circuito de Cheste (Valencia) con mis amigos de DRIVEX, probando un F3.
-¿Más relajada la existencia sin viajar a los Grandes Premios?
Hombre, pues mucho. La verdad es que es una temporada muy atípica en mi vida, pero echaba de menos tener más tranquilidad, más tiempo con la familia, y tener que viajar menos. Porque al final acumulas más de doscientos días fuera de casa. En el 2013 batí mi récord, 282 días fuera, y llega un momento en el que necesitas estar en un sitio, dormir en la misma cama, con tu mujer y tu familia. Y esa es la fase en la que estoy ahora, es un año de tener más tiempo.
-Pilotas bien, manejas bien los aparatos de R/C, comunicas sensacionalmente bien. ¿Hay algo que hagas mal?
Hacer muchas cosas bien no es sinónimo de hacer una excepcionalmente bien. En mi vida he tenido que aprender a manejarme en muchas cosas, en todo lo que ha surgido, e intentar hacerlo siempre al máximo. Siempre quiero ser más rápido en pista. El cronómetro nunca engaña, y eso es lo que un piloto desea.
-Y ahora, ¿qué proyectos tienes? Porque has probado un Formula E, te apetece el Mundial de Resistencia…
Ahora mismo, a medio o corto plazo, no tengo ningún proyecto. Es cierto que he estado probando un Formula E. Estuve en la carrera de Londres y me gustó mucho el espectáculo, la igualdad que hay entre los coches, los pilotos (muchos ex F1, apunta) y pensé que me apetecía pilotar uno de estos monoplazas. El equipo Aguri me dejó subirme a uno de sus coches en Donington y así pude hacerme una idea de lo que es la Formula E. Si en el futuro corro, ya sé de qué va. Porque no hay que tomar decisiones sin saber previamente de qué estás hablando, pero… de proyectos a corto plazo, de momento, nada. En la etapa en la que estoy ahora, tanto la Formula E como el WEC son dos campeonatos muy atractivos.
-Eres de los pocos privilegiados que has estado en Ferrari y en McLaren. ¿Te duele McLaren?
Me duele McLaren, claro que sí. Allí he pasado ocho años de mi vida, probablemente los más felices de mi paso por la F1. Mi único podio fue con ellos. Ver sus resultados duele. Duele porque todavía tengo muchos amigos allí, y tenemos a nuestro crack, a nuestro piloto sufriendo, y sí, nos duele a todos.
-¿Ves un futuro mejor para la escudería británica?
Sí, claro. Pero la cuestión es cuándo empezará ese futuro. Confío mucho en McLaren porque sé las posibilidades que tienen, el “brain power” que dicen los ingleses, pero claro, yo no sé cuándo será ese resurgir. Volverán a ser competitivos, seguro, pero van a tardar. Habrá que tener paciencia.
-¿Cómo ves a los jóvenes que están llegando a la F1?
A los chavales les veo bien. El problema que tiene actualmente la F1 es que la exigencia del coche, del motor… es mucho menor de lo que era.
Por tanto, cuando un chico llega de la GP2 o de las World Series, y se sube a un F1 dice “anda, si esto es más fácil, si tiene dirección asistida, si no tengo que estar tan en forma como creía… “ y entonces se relajan. Eso es lo que está ocurriendo en la F1.
Antes, si entrabas demasiado pronto en la F1, te convertías en un jockey al que el caballo llevaba por donde le daba la gana. Hoy en día los pilotos llegan, y aunque no tengan mucha formación, o físicamente no estén preparados, el F1 ya no es lo que era. Son motores que no corren tanto, que tienen poca adherencia, y dirección asistida, como decía. El problema de los jovencitos es que se relajan, porque la F1 ya no es tan exigente como antes. Y ese es el gran problema de la F1, que ha dejado de ser la categoría más difícil del mundo, y hace que los pilotos se adapten antes a un F1 que a un GP2.
-¿Crees que el WEC ha tomado ventaja a todos los niveles?
Nunca he conducido un WEC, no puedo decir mucho. Lo que sí es cierto es que los pilotos ahora hacemos lo que nos dicen por radio. La complejidad tecnológica de la F1 es muy alta, los motores son híbridos, hay que gestionar una batería de cuatro megajulios… hay que gestionar muchos parámetros. Pero al final, la pregunta es: ¿Qué complejidad tiene esto para el piloto? Ninguna. Porque por radio te van diciendo “Mapa cuatro, mapa dos, mapa uno…” aprietas un botón y ya tienes el mapa que te dicen. La única capacidad que tienes para “cagarla” (sic) es equivocarte de mapa. El que soporta toda la presión es el ingeniero que te dice lo que tienes que hacer. En otras categorías, como la Formula E, el piloto tiene un papel muy importante. Tiene que gestionar su energía limitada, y tu ingeniero no te va a decir lo que tienes que hacer. Ahí veo que, en la F1, nos estamos equivocando de concepto. Se están haciendo coches más lentos de lo que deberían, y el piloto realmente no decide nada.
-¿Qué consejos le darías a un Carlos Sainz o a un Verstappen para que estuviesen tantos años en la F1 como tú?
Pocos. A mi no me gusta dar consejos cuando hablamos de pilotazos como Sainz o Verstappen. Ellos saben mejor que nadie lo que tienen que hacer. Uno tiene a su padre, que además fue compañero mío en Arrows (Verstappen) y el otro tiene en casa a un bicampeón del mundo de rallyes que le ha guiado desde pequeño con mucha sabiduría. Poco hay que decirles. Al final, es el tiempo el que dice quién se mantiene y quién no. Lo más importante, sin duda, es tener hambre. El tener hambre te mantiene en la F1. En el momento en que bajas un poco tu autoexigencia, que dejas de estar encima de tus ingenieros, y dejas de ser un perfeccionista en tu trabajo, hay seiscientos chavales que quieren subir y quitarte el puesto. Y el riesgo que hay hoy en la F1 es que, como no es tan difícil ir rápido, eres mucho más vulnerable que antes. En la época gloriosa, de los V10, se subía un jovencito a un F1 y en diez vueltas tenía el cuello roto. Es bueno que sea más fácil, porque entran nuevos talentos, pero ojo, los talentos duran menos. Siempre va a haber uno mejor, uno con más hambre que tú.
Si quieres escuchar la entrevista con Pedro, descárgate aquí el programa. Minuto 59.
Felicidades por el programa.
Soy un fan incondicional de Pedro y pocas veces se reconoce a un pilotazo como este
No tiene la deseada corona de F1 pero seguramente con un gran sponsor y un buen coche la hubiera podido tener.