SEAT Leon Cupra. No es un deportivo
Abuelita, abuelita, ¡qué ojos más grandes tienes! – Son para verte mejor- dijo el lobo tratando de imitar la voz de la abuela. – Abuelita, abuelita, ¡qué orejas más grandes […]
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Abuelita, abuelita, ¡qué ojos más grandes tienes! – Son para verte mejor- dijo el lobo tratando de imitar la voz de la abuela. – Abuelita, abuelita, ¡qué orejas más grandes […]
Abuelita, abuelita, ¡qué ojos más grandes tienes! – Son para verte mejor- dijo el lobo tratando de imitar la voz de la abuela. – Abuelita, abuelita, ¡qué orejas más grandes tienes! – Son para oírte mejor- siguió diciendo el lobo. – Abuelita, abuelita, ¡qué dientes más grandes tienes!…
Por Fernando González Ferreira. @FUR_R.
Un lobo es una fiera, un animal salvaje, imposible de domesticar. Muchas veces nos parece que por su apariencia de perro y su comportamiento gregario hasta podríamos tener uno en casa. Muchos piensan que si lo tratamos con cariño el lobo nos acabará respetando y queriendo. No es así. Llegará un día en el que te acabará mordiendo por culpa de tu exceso de confianza.
Así son los lobos, con sus grandes ojos, sus grandes orejas y sus afilados dientes. . Así son los coches deportivos con enormes alerones, sus anchas ruedas y sus afilados motores. Los metes en tu casa pensando que podrás domarlos y al final acaban metiéndote una dentellada, bien un día de lluvia en una curva ciega o bien una dentellada al bolsillo con el cambio de neumáticos o repostando en la gasolinera.
Por eso el SEAT León Cupra no es un lobo.
Entonces ¿A qué viene empezar la prueba con el cuento de Caperucita Roja?. Pues porque hay otro personaje en el cuento que encaja mucho más con el carácter de este SEAT. No es un lobo, es… otra cosa.
No es un lobo, ni si quiera un lobo con piel de cordero. Porque el Cupra no tiene los ojos grandes, ni los orejas grandes y sus dientes tampoco es que sean más grandes que la versión FR, que también probamos recientemente.
Por fuera sólo sabrás que es un Cupra porque te acaba de adelantar en un suspiro y pone CUPRA en el maletero. Si está parado podrás ver que lleva llantas de 19 pulgadas y unas pinzas de freno pintadas en rojo, pero qué coche no las lleva hoy en día. Desde su puesto de conducción tampoco sabrás que estás en un Cupra si no conoces el significado del pequeño logo que adorna la parte inferior de su volante. Qué lejos quedan aquellos Cupra R de 225 cv. que parecían en sí mismos una provocación constante para el resto de conductores.
Lo arrancas y tampoco parece nada especial. Su motor 2.0 turbo de gasolina ronronea suavemente. Su cambio DSG de doble embrague de 6 marchas las engrana con suavidad y rapidez. Parece un compacto como cualquier otro. Incluso no se muestra duro de suspensiones ni es ruidoso en absoluto. Amplio y práctico como cualquier otro Leon, bien terminado y cómodo como cualquier otro Leon. Te cruzas con tus vecinos y a nadie parece importarle. Pero seguimos con el cuento.
– Mientras, el cazador se había quedado preocupado decidió echar un vistazo a ver si todo iba bien en la casa de la Abuelita. Vio la puerta de la casa abierta y al lobo tumbado en la cama, dormido de tan harto que estaba.
¿Que quién es el lobo? el lobo puede ser el un Mercedes Benz CLK 63 AMG Black Series, con sus alerones, pasos de rueda y fuerza bruta, Puede ser un Dodge Viper SRT-10 con su línea agresiva y estruendoso motor, o puede ser incuso un 911 carrera S con el que el mismísimo Walter Rohl no consiguió en el 2004 quedarse a menos de esas 6 décimas que le separan de un discreto compacto de 35.000 € que le ha “rajado el vientre” aunque haya sido 11 años más tarde.
Al final, el héroe olvidado del cuento es el cazador, un cazador que parece que “pasaba por allí”, pero que al fin y al cabo es el que soluciona la papeleta y salva a los protagonistas.
Nos gustan los cuentos, y sabemos que el lobo, en sus más variadas formas, tiene un carisma que, independientemente del crono, nunca tendrá el cazador. nos gustan los lobos, los halcones, los tiburones. Nos gustan porque queremos parecernos a ellos.
Lamentablemente el cazador nunca tendrá cuento propio. Nunca habrá un Spin Off de Caperucita Roja. Quizás porque el cazador no se constituye en un símbolo de nada, nunca podrá ser héroe ni villano. Hace su trabajo a la perfección, sí, pero eso es exactamente lo que se espera de él.
Ni siquiera cuando ofrece 20 cv. más en el banco de potencia de Vagspeed, alcanzando 297.97 cv. a 5.500 rpm. una potencia que se supone que VW nunca ple permitiría alcanzar y con una curva de par que supera los 400 Nm. de par desde las 2.500 a las 5.500 rpm. Tampoco cuando lo sometimos a 9 lanzadas seguidas, en varias marchas, para ver si había sido un error nuestro, se quejó lo más mínimo, no se calentó, calcó los valores todas y cada una de las veces, sin rechistar.
El Seat Leon Cupra, como compacto de dos o cuatro puertas, e incluso con esa versión “familiar” que ha roto un record en Nürburgring. No estará en ningún poster de niño de 8 años, porque no tiene grandes ojos, ni largas zarpas, ni afilados colmillos. Hasta podría afirmar que el Leon FR de 180 cv. que probamos recientemente hace más ruido, petardea y gorgotea más que el Cupra y lo hace con un agrado similar al del Cupra en cualquiera de sus modos de conducción, y consumiendo muchísimo menos.
Puede que el Cupra siga siendo un cazador incomprendido. Hay quien le negará el apelativo de “Deportivo” y lo dejará en “Compacto extremadamente rápido”, hay quien le seguirá llamando injustificadamente “coche macarra”, también habrá quien lo tache de generalista, de soso, de gris. Como al cazador, que es de naturaleza huraña, de costumbres sencillas, de discreta presencia. Sólo podrás valorarlo si alguna vez te abre su puerta y te enseña su sala de trofeos, en ella podrás ver las cabezas de todos los deportivos con los que se ha cruzado en sus noches de caza.
Porque un Seat Leon CUPRA no es un deportivo. Es el que los caza.
Si además de leernos quieres oírnos, aquí te dejamos el enlace al programa de radio Vuelta Rápida GT en el que se habla de este modelo. A partir del minuto 66.
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