FORD Focus 1.0 Ecoboost. Consume con responsabilidad
Estás de cena con tu pareja. Llega la hora de pedir el vino. ¿Cuántas botellas pides? ¿dos litros?, ¿tres litros?. Es tu pareja, es un buen restaurante. Lo importante es […]
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Estás de cena con tu pareja. Llega la hora de pedir el vino. ¿Cuántas botellas pides? ¿dos litros?, ¿tres litros?. Es tu pareja, es un buen restaurante. Lo importante es […]
Estás de cena con tu pareja. Llega la hora de pedir el vino. ¿Cuántas botellas pides? ¿dos litros?, ¿tres litros?. Es tu pareja, es un buen restaurante. Lo importante es estar bien, piensas. No hay nada que demostrar, nadie a quien impresionar. Si el vino es bueno, un litro es más que suficiente para acompañar una buena comida.
Si además de leernos quieres oírnos, aquí está el link al programa de radio Vuelta Rápida GT en el que encontrarás la prueba de este coche.
Por Fernando González Ferreira
Porque para ser sinceros, decir que el Ford Focus es un gran coche es una obviedad. Aquí de lo que vamos a hablar es si su corazón es sincero, si su motor es suficientemente solvente, para maridar con la estupenda comida que es su conjunto chasis-bastidor.
Por cierto, me han contado que Carlos Enríquez de Salamanca se ha ido de cena con un Peugeot 308 1.2 Puretech. Con sus 200 cc. de más que nuestro Ecoboost parece que el vino que ha elegido viene en formato “Magnum”, pero ¿Quién de los dos habrá disfrutado más de la velada?.
EL VINO
“In vino veritas”, dicen. En esto de los automóviles, mejor no mezclar alcohol y conducción, pero si “En el vino está la verdad”, en este Ford Focus donde reside su verdad es en su motor, el 1.0 Ecoboost de tres cilindros de 125 cv.
El único problema que tienen los pequeños motores de gasolina es el par, pero si le añades un turbo solucionas ese problema, además de multiplicar su potencia por dos. A un motor de estas características no vamos a exigirle potencia, pero sí una entrega de par constante que sea capaz de “mover” los 1.300 kg. que pesa un focus. En este caso disponemos de 170-200 Nm (con función overboost) entre las 1.400 y 4.500 rpm. O lo que es lo mismo: SIEMPRE. En comparación con el 308 1.2 Puretech, es cuestión de gustos, ¿Ribera del Duero o Rioja?; ¿Un par constante desde casi el ralentí, o más patada en medios?.
Hay quien prefiere comer con cerveza que con vino. Es más barata y refresca al más sediento, pero carece de las propiedades organolépticas de la uva. Es más, a poco que te vayas a una buena cerveza, la diferencia de precio empieza a acercarse a la botella de vino que tenías en la cabeza. Esto es lo mismo que pasa con los motores diésel. Y por cierto, no queda bien acompañar una cena con cerveza. Eso lo dejamos para el sofá de casa o de juerga con los amigos.
Pero la pregunta está sobre la mesa, ¿Por qué un gasolina downsized de bajo consumo cuando hay motores diésel que hacen el mismo trabajo?
Pues porque muchas veces NO es el mismo trabajo. Cuando alguien quiere un compacto como un Focus y le pone un motor diésel para ir al trabajo cada día, a la compra, a recoger los niños al colegio, todo ello sin gastar mucho combustible está cometiendo un error. Es el error de hacer trabajar a un motor turbo de gran inercia térmica en recorridos cortos en los que raras veces alcanzará la temperatura de servicio.
Este 1.0 Ecoboost no es de aluminio, es de hierro, y el colector de escape sale de la cabeza de los cilindros, es tan, tan compacto que lo puedes cubrir con un folio de papel. Además, está simplificado al máximo, se sustituye el árbol contrarrotante imprescindible en los tricilíndricos y que está presente en el Peugeot 308 1.2 y a cambio introduce un desequiliblio programado en cigueñal y volante de inercia (quitando material, para más sencillez) , Dos maneras diferentes de solucionar las vibraciones de los motores de tres cilindros. Vale ¿Y todo esto por qué debería importarme?.
Porque un motor con bloque de hierro tan compacto y sencillo es un motor de muy baja inercia térmica y con menos pérdidas por rozamiento interno. Es un motor que se calienta antes y más apropiado para trayectos cortos, el catalizador entra en servicio antes, el aceite del turbo alcanza la viscosidad adecuada antes, es decir, es un motor que sufre menos en el día a día.
EL PRIMER PLATO.
Afortunadamente ya sabemos que el vino no te estropeará la comida, ni por cantidad ni por calidad, pero ¿Qué primer plato trae este menú Focus Ecoboost?.
De primero tenemos un equipamiento muy completo orientado sobre todo a la seguridad preventiva. La presentación es impecable, con una pantalla con un gran interfaz visual que permite ver simultáneamente toda la información que necesitas, así puedes seguir la navegación mientras controlas los datos de consumo o el nombre de la canción que estás escuchando. Si Carlos se quejaba de la ausencia de botones y el complejo funcionamiento de la tablet que tiene el 308, yo no puedo más que alabar la decisión de los ingenieros de Ford en dar un paso atrás en diseño y quedarse con el lado práctico y operativo.
Quizás toda esta información se aloja en un túnel central muy ancho, que a algún conductor le puede llegar a molestar en el pie derecho, pero nada que no se solucione con un tiempo de adaptación.
Es de digno de reseñar, el sistema de alerta de colisión 360º, que te permite una detección de objetos no solo frontal y trasera, sino también lateral, con un asistente a la frenada y control activo de velocidad que, a diferencia de otros modelos que hemos probado, se muestra muy natural con transiciones progresivas, y mantiene la velocidad fijada incluso tras un cambio de marcha, casi como si fueses tú el que estuviese conduciendo. Ah, se me olvidaba, también tiene asistente al cambio involuntario de carril, así que si ves que la dirección gira sola en una curva, no es por el vino. También aparca solo, pero eso no me hará falta porque no pienso conducir de vuelta a casa tras haber bebido.
EL SEGUNDO PLATO.
Los entrantes hacen que se te despierte el apetito, pero es el segundo plato el que recordarás. Y en restaurante Ford, tienen unas carnes y unos pescados magníficos. Nosotros hemos pedido un conjunto chasis -bastidor del que nos han hablado muy bien, y la verdad es que ha sido una estupenda elección.
Pocas marcas ponen tan a punto los chasis como Ford, entre ellas la mayoría lo hacen sólo cuando el modelo es más bien deportivo. Ford no, ellos buscan el tacto y las características dinámicas “de la casa” en toda la gama, y el pequeño ecoboost no iba a ser diferente. La diferencia con el 308 1.2 estriba quizás, como comentaba Carlos en su prueba, en la presencia de un eje trasero Multibrazo, más elaborado. Un eje trasero del que sólo serás consciente en zonas de muchas curvas y ritmo ágil. De todas formas, es de agradecer que le hayan puesto un poco de “trufa” al plato principal.
Menudo chasis. Lo hemos llevado a ritmo fuerte en el circuito del Jarama y nos ha sorprendido muy gratamente. Vale que subiendo Pegaso al 1.0 le cuesta mantener la velocidad, y llegamos a echar un poco de menos esa fuerza extra del 1.2 de Peugeot, pero enlaza curvas con tanta solvencia que se lo perdonas, máxime si en ese momento recordamos que estamos llevando un coche al que mucha le gente reclamará un uso meramente urbano. Cuánto se equivocarán si no lo sacan a carretera de vez en cuando, porque ahí es cuando se saborea la esencia del Focus, que es un equilibrio casi perfecto entre comodidad y efectividad. Una pega, la guarnición que hemos pedido, en forma de cambio manual de 6 velocidades tiene un tacto que no es tan “crujiente” como en anteriores versiones del focus, mostrándose un poco gomoso, pero en ningún caso impreciso.
Y DE POSTRE…
Algo agridulce, para ser sinceros. Por una parte unos acabados de buena factura, una línea dinámica, y con la guinda de la protección escamoteable de las puertas; un protector de plástico de accionamiento mecánico que se despliega al abrir la puerta y se oculta en el marco cuando se cierra.
Por la otra parte, la amarga, un maletero de discreto 363 litros pero de muy poca altura que hace que pierda versatilidad, y eso que no lleva rueda de repuesto.
Camarero, la cuenta. Ahora mismo, señor.
Ford Focus Berlina Titanium 1.0 EcoBoost 125 CV Auto-Start-Stop , son 18.375 €, señor.
Pues la verdad es que, por la calidad de la materia prima, la presentación y el servicio, creo que repetiremos. Y menos mal que no hemos pedido más vino, se habría quedado en la mesa, un litro es más que suficiente, en cualquier caso, volveremos a casa en taxi que no queremos amargarnos esta fantástica velada en el último momento.
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