Movilidad sostenible, bajo consumo, pocas emisiones, sistema híbrido de propulsión, neumáticos de baja resistencia a la rodadura, combustible alternativo, baterías recargables… El coche del futuro dicen que va a ser […]
Movilidad sostenible, bajo consumo, pocas emisiones, sistema híbrido de propulsión, neumáticos de baja resistencia a la rodadura, combustible alternativo, baterías recargables… El coche del futuro dicen que va a ser un compendio de todas esas cosas tan interesantes, pero yo te digo que se equivocan. El coche del futuro va a ser algo como éste Abarth 595C Competizione. Porque con el tiempo, te darás cuenta de que, aunque al final te compraste un vehículo ecológico, tú en realidad lo que querías era algo como este pequeño diablo.
Es pequeño pero no es urbano, porque gira poco y gasta mucho, sobre todo si le pisas sin contemplaciones, pero qué más da. Además es incómodo, la suspensión es demasiado seca, maletero tiene poco, detrás no hay mucho sitio, pero todo el mundo te mira con envidia.
Para colmo hace ruido, bastante ruido, pero cuando pones en marcha el motor en un parking subterráneo la gente se vuelve a ver qué es ese pedazo de pepino que retumba en todo el aparcamiento. Y, entonces, cuando te ven, se sorprenden y tú empiezas a disfrutar.
LA ANTÍTESIS
Es el Abarth 595C Competizione. La antítesis de ese coche que te compras tras un proceso de razonamiento lógico-económico-familiar-“estoesloquehay”. Porque este Abarth es el capricho, la cana al aire, el mundo por montera. No te lo vas a comprar porque gaste poco. Ni porque sea amplio. Ni porque sea cómodo. Ni porque sea discreto. Ni porque sea silencioso. Te lo compras porque corre, y gasta. Porque es para que solo disfrutes tú al volante. Cuando conduces en una carretera de montaña. Cuando escuchan el motor cuando te acercas. Cuando ves la cara de sorpresa de todos los que te miran.
Solamente leer la ficha técnica y de equipamiento y se te eriza la espalda: 160 CV, frenos perforados y ventilados, muelles rebajados, amortiguadores Koni, asientos de tipo bacquet, escape deportivo “Récord Monza”, modo de conducción Sport, 210 km/h de punta… Llegas aquí y, al ver el apartado del consumo y las emisiones pasas de página sin prestar demasiada atención.
QUITA EL RUIDO, PON LA MÚSICA.
Te subes al Abarth y empiezas a ver detalles deportivos por todos lados. Escorpiones, el símbolo de la marca. Aluminio en los pedales, un indicador de presión del turbo (a los que vivimos los 70 y los 80 ese indicador nos pone “tiernos”, ¿a que sí?). Por cierto. En el centro de la consola hay una cosa que, si tocas unos botones, hace ruido y no te deja escuchar la música del motor y del escape. Algunos la llaman radio y otros, equipo multimedia. Hasta permite que, en el mejor momento de la conducción, alguien te llame por teléfono para recordarte que tienes que ir a la compra. Peajes del siglo XXI.
Luego analizas un poco más y te das cuenta de que hay más cosas que perdonarle. Como la posición de conducción, con la banqueta muy alta y corta y el volante algo más inclinado de lo deseable. Pero, una vez más, es de esas cosas que estás dispuesto a perdonarle.
EN EL DEFECTO ESTÁ LA VIRTUD.
Abres el techo de lona corredizo, que para eso esto es un 595″C”, giras la llave de contacto y a por ello. Ratonero, ágil, potente, nervioso, duro, inmediato, brusco, ruidoso. Sal de la ciudad, olvida la autopista, coge la primera carretera de montaña. ¡Ah! ¿Revisaste tu empastes? Si no lo has hecho, procura evitar los baches, aunque no te puedo negar que, con baches o sin ellos, te vas a reír como nunca. Todos los defectos que quieras los tiene. Y para cada defecto tiene una virtud. El corazón tiene razones que la razón no entiende. Pulsa el modo Sport. No hay mucha diferencia, pero se nota que la dirección y el acelerador responden de otra manera. Es como si se pusieran alerta. Empiezan las curvas.
Vira plano, gira al instante, el tren trasero se insinúa, con la sensación de que un error de conducción te va a costar caro. Pero no sucede nada. La electrónica manda. Hombre, si eres un “tuercebotas” sí que vas a tener problemas mucho antes que con coches más aburguesados. Y claro que, con los 160 CV del motor 1.4 T-Jet llegando a las ruedas delanteras, el 595C tiene una clara tendencia a deslizar el morro si aceleras de golpe al salir de una curva cerrada. Esta situación se soluciona en parte con el TTC (Torque Transfer Control), una suerte de autoblocante electrónico que frena la rueda interior para que llegue más par a la exterior y así redondeas mejor el giro.
LA GUINDA.
Una pena que el cambio tenga solo 5 marchas. Par y potencia hay de sobra para que no falte sensación de empuje en todo momento (aunque a bajo régimen hay motores similares que me parecen más “llenos”), pero con una caja de 6 velocidades se hubieran podido cerrar un pelín más las relaciones. Hubiera sido la guinda para este pastel de chocolate con nata y crema que te ponen delante el día que empiezas el régimen.
También hay una versión 50 Aniversario con 180 CV y cambio de embrague robotizado de 6 marchas con levas en el volante. He tenido ocasión de llevarlo brevemente y, reconociendo que tiene aún mayor encanto por su exclusividad, ni los 20 CV de más ni el gadget de la transmisión me parece que merezcan la pena. Incluso el TTC lo pasa peor y hay mayores pérdidas de motricidad a la salida de los ángulos más cerrados, mientras que el embrague robotizado no va del todo fino, salvo que vayas al ataque, en cuyo caso sí que va bien.
Seguramente, tu próximo coche será eléctrico o híbrido o de GLP. Limpio, ecológico, eficiente. Pero en el futuro te puedo asegurar que recordarás un modelo como este Abarth 595C Competizione. Y, si por fortuna puedes permitirte el lujo de comprártelo, solo me queda decirte: “que lo disfrutes”
AGADECIMIENTO ESPECIAL: Este reportaje no habría sido posible sin la colaboración de “KARTING CLUB CORRECAMINOS”en Recas, Toledo, quienes nos cedieron sus instalaciones y su circuito de 1.280 m. de emoción.Si nosotros pudimos exprimir nuestro Abarth, imagínaos lo que se puede hacer con un Kart. Mil gracias a a Alberto y Felix.