Peugeot 508. El Generalísimo
No penséis mal, el rango de GENERALÍSIMO no fue utilizado solo en España, sino también en Portugal, Rusia o diversos países de América Latina. Correspondía con un Jefe que manda el […]
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No penséis mal, el rango de GENERALÍSIMO no fue utilizado solo en España, sino también en Portugal, Rusia o diversos países de América Latina. Correspondía con un Jefe que manda el […]
No penséis mal, el rango de GENERALÍSIMO no fue utilizado solo en España, sino también en Portugal, Rusia o diversos países de América Latina. Correspondía con un Jefe que manda el estado militar en paz y en guerra, con autoridad sobre todos los generales del Ejército. o bien un rango militar superior al Mariscal de Campo y al Gran Almirante. En cualquier caso todo esto da igual, porque aquí de lo que vamos a hablar es de una marca GENERALISTA que casi da un golpe de estado en el segmento de las Berlinas Premium.
Antes de la prueba no daba un duro por el Peugeot 508. Quizás me pase lo mismo que a muchos de vosotros, lo veía como el sucesor del “coche-de-padre”, “taxi-de-pueblo”, “radar-móvil-de-la benemérita”.
Pero resulta que te subes a él y empiezas a notar cosas, muchas cosas y casi todas buenas. Es lo que a algunos nos gusta llamar calidad de rodadura.
CALIDAD DE RODADURA.
Cuando Peugeot presentó el 508 allá por el Salón de Ginebra de 2010 estaba presentando como sucesor del todavía vigente 407 a una berlina 12 cm. más larga y 4 centímetros más ancha. Una berlina que, por otra parte, era 7 centímetros más corta que el 607, que abandonaría la producción ese mismo año.
Y como en esto de la automoción, no hay casualidades, lo que Peugeot estaba presentando era un segmento “D+” , o lo que es lo mismo, un producto que subía medio escalón, pero sin querer entrar a pelear con las grandes berlinas de representación. Peugeot no quería reeditar el 607 pero sabía que podía verter todo su know how en ese segmento D que era donde se podía pescar más clientela.
Ese medio escalón está ahí, y de ahí sale la enorme calidad de rodadura que presenta el 508 GT. Y es que Calidad de rodadura no es solo confort, nada tiene que ver con una amortiguación blanda y asientos como butacas. La calidad de rodadura es lo que hace que sea un placer estar a los mando de un coche cuando lo llevas a trabajar por la mañana, cuando te vas una semana a recorrer el sur de Francia o cuando subes un puerto de montaña a buen ritmo.
Calidad de rodadura es comodidad, pero también control, tacto y precisión. Más allá del acolchado de los asientos o la dureza de los suspensión, nunca estarás a gusto conduciendo un coche que la dirección no es precisa y no transmite información, ni tampoco cuando el motor tiene lagunas de potencia, o es errático en la entrega de potencia, o su caja de cambios no “acierta” con la marcha deseada. Este 508 cumple en todos los aspectos.
Pocas marcas ponen a punto tan bien un chasis como Peugeot. naturalmente que lo hacen con modelos deportivos como el 208 GTI o el RCZ-R, pero esa destreza en jugar con los parámetros disponibles también se usa con maestría cuando lo que se busca es el equilibrio. No es un tema de usar o no paralelogramo deformable en el tren trasero, que lo tiene, hablamos de cómo está tarada la amortiguación, como están definidas las geometrías, y cuando eso se ha hecho con criterio tienes una berlina que se inscribe en las curvas con nobleza pero sin perder el tacto, que mantiene la compostura incluso cuando el asfalto está roto o cuando ni siquiera este existe. Si es sorprendente la suavidad que se mantiene incluso transitando por pistas sin asfaltar, imagínate enlazando curvas rápidas en una autopista con firme en buen estado.
EL MOTOR: 2.0 litros BlueHDi 180
A todos nos encanta los motores puntiagudos, esos que hay que estrujarlos para sacarles todo el zumo, esos que son elásticos como un chicle “Boomer” esos que todavía siguen coleando cuando se les saca a la estratosfera de las 7.000 rpm.
Pues el BlueHDI de 180 cv. que monta este 508 no tiene nada que ver con esos, pero curiosamente me ha gustado por todo lo contrario. Porque tiene lo que menos nos llama la atención cuando está y lo que más echamos de menos cuando falta (en especial cuando pesas 1.700 kg): Fuerza a bajas vueltas.
Y volvemos a la calidad de rodadura, porque esa fuerza en bajas es responsable de un alto porcentaje de ella. Salir de un semáforo, incorporarse a una via, cambiar el ritmo para adelantar en autopista son quizás las maniobras menos satisfactorias para un amante del motor, pero son de las más comunes y tediosas, así que cuanto menos duren mejor.
Que no os despiste el prefijo “blue” antes de HDI. Porque precisamente son los motores más potentes los que lo llevan, no es como hace unos años que esos sobrenombres acarreaban mejoras en consumo y pérdida de prestaciones (como TDIe, geenline) , ahora leer “blue”, “ultra” o “clean diésel” significa que hay más tecnología y mas rendimiento.
Con 6.1 seg. en recuperar de 80 a 120 km/h se encuentra entre los mejores de la categoría, sin contar, como algunos de ellos con cajas de cambio más rápidas de doble embrague que encima tienen más marchas y desvirtúan la comparativa.
La caja de cambios EAT6 (Efficient Automatic Transmission 6),del 508 no es de doble embrague,pero es una buena caja de cambios. Más rápida de lo que esperas en una caja automática, y además, con unas leyes de cambio muy intuitivas y que sus sólo 6 marchas conectan especialmente bien con tu estado de ánimo, no sé si me entendéis.
Si tenemos que ponerle una única pega, y realmente no es culpa de la propia caja de cambios en sí, es la escasísima retención que ofrece cuando usamos el freno motor. No estoy hablando sólo de una bajada prolongada de un puerto, sino del uso en modo secuencial reduciendo marchas con las levas en el volante para, por ejemplo, entrar en una curva.
¿Por qué un 508?
No es la berlina más bonita, ni es motor diésel de mayor rendimiento, ni el de mayor tecnología y conectividad, y naturalmente que hay coches con acabados más lujosos o más deportivos, la verdad es que hemos probado unos cuantos. Entonces ¿Por qué un 508?
Pues muy sencillo, porque es un coche redondo, un coche en el que no te cuesta esfuerzo alguno pasar tiempo a sus mandos, tanto en ciudad, como en autopista, en atascos, con mal tiempo, transmite un equilibrio, control y confort que, con un precio de 36.780 €, es de lo mejor que te puedes llevar a casa.
Calidad de rodadura, así de simple. Así de complejo.