Vuelta Rápida GT

Existen varias maneras de notar la misma sensación. Es como cuando has invitado a gente a cenar a casa y el asado te ha quedado perfecto, o cuando das una buena noticia a un familiar, o cuando alguien te dice que le gusta tu colonia. Es la sensación de que algo bueno de ti ha sido reconocido por otra persona;  que has pasado algo de tu felicidad a los demás.

En ninguno de los casos anteriores nadie habrá sentido envidia por lo bien que cocinas, ni porque hayas tenido suerte en algo ni por lo cara o barata que sea tu colonia. Simplemente ves una sonrisa enfrente que refleja que gracias a ti se está sintiendo bien en ese preciso momento.

EN LA CALLE EL WRX STI ES AMOR.

Bueno, es que eso es lo primero que notas cuando conduces un Subaru WRX STI. Y pasa desde que lo enciendes y tu vecino de garaje lo escucha y sonríe , y cuando sales a la calle y el chaval de la bicicleta te pregunta si es el nuevo STI, y en el primer semáfaro escuchas un “mira, mira…”

Pero no es el mismo “mira…” que cuando conduces un Porsche o un Mercedes. Cuando vas dentro de un Panamera el “mira…” es distinto, es otra cosa. No hay sonrisa detrás.

Yo no sé cuántos deportivos y de qué calibre habrá visto el vigilante que controla el acceso a la urbanización donde se encuentra el Circuito del Jarama, pero que hasta a él se le escapa un “Qué bonito, macho”

Sí señores, podríamos haber empezado por hablar de percepciones al volante, de distribución de par, de diferenciales, de lo sincero de la concepción simétrica y lo glorioso de la historia de Subaru en competición, y cómo no, de Rallyes, pero eso ya lo sabéis, o como mínimo ya lo habréis leído en otro sitio.

Hablamos de amor, sí, amor del bueno. El amor es admiración, respeto y felicidad, y eso lo tienes con el STI. Naturalmente que hay amargados por la calle que te mirarán como si fueses un tunero narcotraficante, pero qué saben ellos del amor,… o de coches.

EN CARRETERA EL WRX STI ES PASIÓN.

Ayer mismo pasamos toda la mañana en la Sierra Norte de Madrid, de aquí para allá, intentando recordar dónde estaba ese paraje en el que podíamos sacar esa foto perfecta. “No, no era aquí, era más allá…”, “venga, vamos a pasar otra vez…”, al final la foto no es perfecta, pero si os digo la verdad, este es uno de los coches que he probado que menos me preocupa, de hecho lo que quisiera es seguir buscándola subido a él otra semana más, (o dos).

Sigo pensando que en carretera abierta no vas a poder sacarle partido a los 300 cv. en serio. No vas a sacarle partido porque parta dar rienda suelta a tu pasión elegirás una carretera con cuantas más curvas mejor sólo tendrás ojos para una directísima dirección hidráulica (2.5 vueltas entre topes) y a una caja de cambios manual con el mejor tacto que he probado últimamente (con unos soportes 4 veces más rígidos que en el anterior modelo). Ahí precisamente, entre el volante y la caja de cambios, es donde vas a vivir los próximos km.

Como en una cita apasionada, no vas a querer ponerte a tope nada más llegar. Vas a querer ir desnudando este STI de menos a más. Posiblemente empieces a jugar con algún juguete que este STI tiene guardado en la mesilla; el SI Drive.

El SI Drive te permite elegir entre tres tipos de respuesta o cartografías del motor Inteligent (I), Sport (S): Sport Sharp (S#). Empezarás en el Inteligent porque quizás es la mejor manera de dosificar el gas, y que, aunque está orientado a una conducción “económica” cambia a S o a S# si es necesario ante la más mínima solicitud de tu pie derecho.

No tardarás en sentir curiosidad y explorarás en modo Sport. La respuesta al acelerador es más inmediata pero sigue siendo dosificable, permitiéndote ir abriendo gas conforme quitas dirección al salir de esas curvas.

No descartes que acabes dándolo todo con el modo Sport Sharp, en el que el la respuesta del acelerador es dos veces más rápida y te encontrarás catapultándote hasta la siguiente frenada, quizás antes de lo que esperabas.

En carretera abierta no vas a puntuar, no vas a ganar ningún trofeo, vas a poner tus sentidos alerta y vas a pasarte todo el tiempo notando en la punta de tus dedos hasta dónde el excelente chasis monocasco ( que es un 40% más rígido que el anterior STI) es capaz de pasar por esa curva. Notarás cómo trabajan los frenos Brembo y los amortiguadores Bilstein que trae de serie y entenderás por qué esos diagramas de los brazos de la suspensión eran tan elaborados.

No vas a poder parar, y vas a seguir aumentando el ritmo. Y es ahí cuando a los esfuerzos del chasis se les suma la Tracción Total Simétrica permanente SAWD de Subaru, que con una configuración preestablecida de 41-59% del/tras. Te garantiza que saldrás por el otro lado de la curva, quizás con un ligero subviraje, pero saldrás.

Acelera, frena, gira, vuelve a acelerar. Claro que el nuevo WRX STI es un deportivo con mayúsculas y su conducción se podría resumir en tres frases:

1.- Puedes acelerar cuanto quieras y donde quieras.

2.- Puedes cambiar de dirección en cualquier momento y sobre cualquier superficie.

3.- Puedes frenar tan tarde como quieras y repetir la operación las veces que sea necesario.

Pocas personas se pueden controlar en este punto, la pasión es lo que tiene, que te hace querer más, y tienes que hacer lo posible para satisfacerla, y es que…

EN EL CIRCUITO EL WRX STI ES SEXO.

Pero para eso tendrás que seguir leyendo en la Parte II.