HYUNDAI i10. OLVIDA LOS PREJUICIOS
Esta semana hemos pasado de probar un deportivo de alta tecnología de más de 200 caballos en el circuito del Jarama a ponernos a los mandos de un urbanita sin pretensiones. […]
El mejor programa de motorsport de la radio española
Esta semana hemos pasado de probar un deportivo de alta tecnología de más de 200 caballos en el circuito del Jarama a ponernos a los mandos de un urbanita sin pretensiones. […]
Esta semana hemos pasado de probar un deportivo de alta tecnología de más de 200 caballos en el circuito del Jarama a ponernos a los mandos de un urbanita sin pretensiones. Es como ponerme a mí al lado de Hugh Jackman (en este caso yo soy el Hyundai i10, por cierto).
Sí, efectivamente Hugh y yo no parecemos de la misma especie, pero si se me compara con mis compañeros de VRGT, quién no me encontraría alguna virtud… (O algún pequeño defecto, claro).
Así que la primera pregunta es sencilla: ¿Es el Hyundai i10 un buen coche? La respuesta es un poco más larga.
Seguro que el nuevo i10 es de partida mucho mejor que las generaciones precedentes. Mucho mejor que su abuelo, el Hyundai Atos del que ha heredado sus mejores características que son tres: homologación para 5 plazas, peso y dimensiones reducidas aunque también una nefasta herencia, la de ser valorado al mismo nivel que un coche chino.
Conozco bien el Atos; recuerdo un viaje de estudiante en 1997 cruzando Creta. En esa época no éramos muy exigentes con nuestras monturas, no en vano este modelo se había enfocado como sub-compacto para países emergentes y mis compañeros de curso y yo definitivamente lo éramos.
Con el cambio de nombre y la llegada del “i10” en 2007 apareció también un cambio de tendencia, pasándose a considerar al pequeño modelo un sub-compacto como un vehículo Premium en aquellos países. No aquí todavía, ya que a mucha gente le salen granos y llagas cuando metemos en la misma frase Hyundai y Premium en la misma frase.
Pero es que los conceptos “low cost” y “Premium” deben ser siempre referidos al entorno comercial de los modelos. Y esto ocurre con los coches tanto como con Hugh Jackman y yo mismo.
Así, después del restyling de 2010 nos llega este último modelo que se encaja según lo anterior, en algún punto entre “cola de león” y “cabeza de ratón”.
El Atos nunca pudo ganar. Había demasiado rival en Japón como al Suzuki Alto, que estaba a punto de estrenar su ya 5ª generación y se había ganado su buena fama en el campo de los KEI Cars japoneses desde hacía 23 años antes. Tampoco al Nissan Micra, que lejos de la sofisticación actual y de ser eternamente considerado como un coche de niña, sus primeras versiones eran austeras y robustísimas, y sus culatas multiválvulas de serie eran demasiado para el coreano.
También había enemigos en Europa; los saxo, 106, corsa, etc. Sin necesidad de ser mejores o peores apuntaban a un cliente muy particular, un cliente que todavía no estaba preparado para valorar positivamente el producto coreano.
Si encima trasladas el centro técnico de Hyundai a Russelsheim Alemania, pues ya puedes decir por ahí que sí, que estás haciendo coches al gusto europeo. Así que los indecisos ven el anuncio y ya les parece bien meter su dinero ahí.
El i10 monta un tricilíndrido de un litro de cilindrada. Es una novedad en Hyundai, pero esta configuración se ha utilizado en otras marcas desde hace más de 5 años y se ha demostrado como económico, prestacional y fiable a partes iguales. Así que que le falte un cilindro NO ES UN PROBLEMA.
De hecho el principal inconveniente que se te puede presentar es si será un motor ruidoso y con vibraciones. Pues nuevamente depende con qué lo comparemos; si lo hacemos con una Triumph Speed Triple (que curiosamente también tiene un motor de un litro y 3 cilindros) pues pues es una lavadora, pero si lo comparamos con un diesel pequeñoque nos podemos encontrar en la competencia pues la verdad es que es más agradable incluso en frío y además con un soniquete muy molón en cuanto coge temperatura y le exiges plena carga a medio régimen.
Hay quien dice que “sobre gustos no hay nada escrito”, pero no tiene ni idea, ya lo decía un profesor mío de la carrera que repetía periódicamente “Sobre gustos ESTÁ TODO ESCRITO, lo que pasa es que no lo lee nadie”.
En primer lugar, me llama mucho la atención una cosa. Un interior sencillo en un coche asiático es “cutre”, mientras que si ese mismo interior está en un coche alemán es “austero”. Un interior estrafalario en un coche italiano es “diseño y originalidad” pero si aparece en un coche alemán es “una cagada del ingeniero” A ver si nos ponemos de acuerdo y vamos abandonando los prejuicios.
Nunca dejará de sorprenderme la cantidad de gente que valora un interior de un coche en función de la presencia o no de “plásticos duros” como si la presencia o no de goma o acolchado de espuma bajo una fina lámina de vinilo hiciese mejor a un coche. El diseño de un salpicadero sirve para organizas de manera ergonómica y agradable una serie de instrumentos que necesitamos tener a la vista o a mano.
Existen otros criterios más importantes como que los materiales tienen que ser estables dimensionalmente y térmicamente, que las piezas que lo componen deben ser lo más grandes posible y con la menos cantidad de juntas y uniones y estas deben ser elásticas y firmes. El cableado debe ir guiado y fijado para garantizar que no aparecerán ruidos o “grillos”. Eso son factores que revelan un buen acabado interior. A la gente parece que lo único que le preocupa es que cuando toquemos la parte superior del salpicadero esté blandito, ni que fuesen a sentarse ahí, es como si valoramos la línea de un coche por lo suave que tenga la pintura.
Hoy en día la percepción del coche coreano ha cambiado gracias a europeos como Peter Schreyer (ex Audi) al frente de “la nariz del tigre” de KIA o Thomas Burkle (Ex BMW), artífice de la nueva parrilla hexagonal de Hyundai.
Así que antes de decir si el coche nos parece bonito o no es bueno recordar que lo ha diseñado un tío que sabe diseñar BMWs serie 3 o serie 6. Y a diferencia de su etapa en BMW en la que ya estaba definido la línea a seguir desde la marcha del controvertido Chris Bangle (la gente una vez más lo pone a caldo, pero a mí me parece un diseñador espectacular), a la llegada de Burkle a Hyundai se le ha ofrecido libertad absoluta y tras un par de “bandazos” desde el 2005 con el primer i30 y par de restylings del i10 entre otros, comienza a presentar al mercado un diseño corporativo consistente y con visos de continuidad.
Exteriormente el coche parece equilibrado, sigue las normas que dicta la moda y lo hace sin abusar de ella. Sí, es un coche bonito, pero a mí me costaría buscar una característica que lo haga reconocible frente a su competencia. Pensadlo así: una frase que lo defina y diferencie.
Honestamente, no creo que ni el 90% de la gente de la calle pueda diferenciarlo de un KIA Venga o un Chevrolet Spark o un Suzuki Splash, o un Mazda 2.
Cuesta lo que quieras que cueste, desde los 10.500 euros del 1.0 Essence (66cv) hasta los 16.650 euros. del 1.2 Style Plus Aut. (87 cv.) pasando por los 12.600 euros que es el precio en el que coinciden ambos motores en sus versiones básicas y tope de gama respectivamente. Y todo ello sin contar plan PIVE.
La combinación más recomendable es quizás la más barata, con el tricilíndrico y el cambio manual. Con ella tendremos un coche ligero, dócil y con una dirección y tacto del cambio muy relajado y confortable. no encontraremos deportividad aquí, pero tampoco la esperamos.
El i10 es sobre todo una ALTERNATIVA; Alternativa al coche grande, alternativa al diésel, alternativa al mercado de segunda mano… ¿Sigues teniendo prejuicios o le vas a dar una oportunidad?.